lunes, 7 de octubre de 2013

VIVIR BAJO LA GRACIA...NO ES DESOBEDECER LA LEY


Vivir bajo la Gracia de Dios

Vivir bajo la Gracia Divina significa simplemente que el pago de la salvación, al tener un altísimo costo, está por mucho fuera de nuestro alcance. Pero ha sido pagada para nosotros por medio del sacrificio del Señor Jesucristo, Hijo de Dios, quien se ofreció a sí mismo en pago por nuestros pecados (Efesios 5:2 / Hebreos 10:10 / Romanos 5:8-9).

Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley. Romanos 3:28

Los cristianos, pues, vivimos bajo la Gracia, esto es, somos salvos sin necesidad de efectuar los ritos de la Ley (Romanos 6:14). Sin embargo, vivir bajo la Gracia no significa estar libres para hacer lo que se nos dé la gana (Romanos 6:15 / 1 Pedro 2:16). Si bien, ya no es necesario pagar por nuestra salvación pues ya ha sido pagado el precio de su coste (Romanos 6:23 / Hebreos 10:12), SÍ ES NECESARIO VIVIR EN OBEDIENCIA A LA PALABRA DE DIOS:

Y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen. Hebreos 5:9

Como ya dijimos, vivir bajo la Gracia Divina significa ya no tener la necesidad de cumplir la Ley en su aspecto ritual para obtener salvación, sin embargo, la Ley es estatuto perpetuo y eterno (Levitico 23:31 / Mateo 5:18 / Lucas 16:17), por que la Ley es la Palabra de Dios, y Su Palabra no tiene fecha de caducidad, por lo que nosotros los cristianos, creyentes entre la gentilidad, DEBEMOS CONTINUAR OFRECIENDO ESOS MISMOS SACRIFICIOS, OBEDECIENDO LA LEY YA NO EN SU FORMA RITUAL, SINO EN LA FORMA ETERNA, QUE ES LA ESPIRITUAL:

...vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer SACRIFICIOS ESPIRITUALES aceptables a Dios por medio de Jesucristo. 1 Pedro 2:5

El régimen nuevo del Espíritu

Los cristianos no vivimos bajo el régimen de los sacrificios rituales de la Ley, sino ahora servimos bajo el nuevo régimen, el verdadero, eterno y espiritual (Juan 4:24) que consiste en lo que aquellos sacrificios simbolizaban: las buenas obras.


Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra. Romanos 7:6
El cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del Espíritu; porque la letra mata, mas el Espíritu vivifica. 2 Corintios 3:6
Si en verdad cumplís la ley real, conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, bien hacéis; Santiago 2:8

Como ya lo explicamos en entradas anteriores, los sacrificios rituales de la Ley son el símbolo de nuestras buenas obras. Todas las ofrendas que llevaba el pueblo de Israel al altar de sacrificios simbolizan la misericordia, la justicia y la humildad (1 Samuel 15:21-23 / Salmo 40:6-8 / Salmo 51:16-17 / Proverbios 21:3 / Isaías 1:10-17 / Isaías 58:5-7 / Jeremías 6:19-20 / Amós 5:21-24 / Oseas 4: 6 / Oseas 6:6 / Miqueas 6:6-8). Que no son otra cosa sino TENER LA MISMA COMPASIÓN que Dios tuvo para con nosotros hacia los que se hallan en necesidad y hacer lo que esté en nuestras manos por ayudarles, aún en perjuicio de nosotros mismos. (Mateo 7:12 / Mateo 22:40 / Gálatas 5:14).

Y de hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios. Hebreos 13:16
Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; Hebreos 10:24
Pero todo lo he recibido, y tengo abundancia; estoy lleno, habiendo recibido de Epafrodito lo que enviasteis; olor fragante, sacrificio acepto, agradable a Dios. Filipenses 4:18

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La palabra «gracia» se traduce de la palabra hebrea «kjen» (Diccionario Strong H2580)
y tiene su raíz etimológica en la palabra hebrea «kjanan» (Diccionario Strong H2603), y sin ningún problema puede traducirse también como «misericordia» y «compasión», pues son términos equivalentes.

El Diccionario de la lengua Española define ambos términos, misericordia y compasión, de la siguiente manera:

Misericordia: virtud que inclina el ánimo a compadecerse de las penas ajenas.
Compasión: sentimiento de pena por las desgracias ajenas y deseo de aliviarlas.

De la palabra «gracia» se desprenden términos como «gratuito», «gratitud», «agraciado» e inclusive «gracioso».

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La gracia, la misericordia y la compasión

Pero Noé halló gracia ante los ojos del Señor. Génesis 6:8

El pasaje de Génesis nos dice que Noé halló gracia ante los ojos del Señor, esto significa QUE DIOS SE COMPADECIÓ DE NOÉ, TUVO MISERICORDIA DE ÉL.

La gracia es una dádiva, es algo que se da gratuitamente y por compasión. Dios dio a su Hijo en pago por nuestros pecados por compasión a nosotros, pues sin su sacrificio nuestra salvación es imposible.

Vivir bajo la Gracia es vivir con compasión

El significado de «Gracia» es «Compasión». Tal como Dios ha tenido compasión con nosotros, así también nosotros debemos tener compasión con los demás (Mateo 18:23-35 / Marcos 10:16-18), eso es VIVIR BAJO EL RÉGIMEN DE LA GRACIA, que es la escencia de la Ley.

Porque juicio sin misericordia se hará con aquel que no hiciere misericordia; y la misericordia triunfa sobre el juicio. Santiago 2:13
Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas. Mateo 7:12
Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia. Mateo 10:8

Con las buenas obras no pagamos la salvación, pero si en verdad el Espíritu vive en nosotros, la fe sobrenatural que Éste produce se manifestará en buenas obras de amor genuino (Santiago 2:14-26 / 2 Corintios 8:2-7).

¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones? Él dijo: El que usó de misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú lo mismo. Lucas 10:36-37

Si nosotros vivimos bajo la Gracia y no somos compasivos con los hombres -tal como Dios lo fue con nosotros al pagar nuestra deuda con su Hijo-, cometemos el mismo pecado que aquel rico que vivía con esplendidez y nunca se compadeció de Lázaro, el mendigo a cuyas puertas se sentaba.

¿Cuántos como aquel mendigo se sientan a nuestras puertas? ¿Cuántos necesitados están a nuestro alcance y los ignoramos porque para nosotros es más importante darnos prisa para cumplir con una religión hecha por hombres a nuestro gusto y medida? (Lucas 10:30-37)

Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez. Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquél, lleno de llagas, y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas. Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. Lucas 16: 19-22
Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí

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