viernes, 4 de octubre de 2013

IMPORTANCIA DE LA DOCTRINA DEL NOMBRE

En tanto que la Biblia registra diversos nombres de Dios, también nos habla del Nombre, singular, ejemplo (Ex.20:7; Lv.24:11-16; Sal. 8:1;48:10; 76:1; Prov.18:10; Jn.1:12; Hech. 4:12; 5:41). En estos ejemplos “el Nombre” da a entender la plena manifestación de Dios en las relaciones con todo su pueblo, o con una persona, de manera que conocer el Nombre es conocer a Dios.

Si se le hiciera esa pregunta a la mayoría de los que hoy se consideran cristianos, no estarían seguros de cómo responder, pero la Santa Biblia si nos dice cual es el Nombre de Dios. ¡Dios tiene Nombre!, el Nombre del Ser Supremo no es Padre, Hijo, Espíritu Santo, creador, Todo poderoso etc., esos son sólo títulos descriptivos dados a Él, pero Dios tiene un Nombre personal.

Todas las pruebas que contribuyen a demostrar que en el nivel humano un nombre es algo significativo que no sólo rotura sino que moldea a su receptor, encuentran su punto focal en el concepto del “Nombre de Dios
1. IMPORTANCIA DE LA DOCTRINA DEL NOMBRE.

En el pensamiento oriental, el nombre jamás se consideraba como un mero vocablo; Sino como la definición de la naturaleza de la persona o cosa designada. Conocer el Nombre de nuestro Dios es entender quién es Él, saber qué representa, poder usarlo con autoridad y sentirnos más seguros de “a quién hemos creído”.

Los nombres dados a Dios en la Biblia, dicen cómo es Él, así a través de los epítetos o títulos descriptivos de Dios constatamos que la revelación bíblica se mantiene de una manera coherente consigo misma desde sus orígenes, y que a través de las diversas formas de su Nombre se expresan a la vez el Carácter, la identidad, la voluntad y los actos de Dios.

Los nombres de Dios no son de invención humana, sino de origen Divino, aunque los vocablos se han pedido prestados al lenguaje humano y se derivan de relaciones humanas y terrenales, son antropomórficos y señalan un condescendiente acercamiento de Dios al hombre.

2. SIGNIFICADO DEL NOMBRE EN LOS TIEMPOS BÍBLICOS.

2.1 USO DEL NOMBRE

En la época bíblica se atribuía al nombre una considerable importancia, hay una relación directa entre el nombre y la persona o cosa nombrada; el nombre participa de alguna manera en la esencia que tiene por objeto revelar. Un nombre en la antigüedad representaba el carácter, la historia o naturaleza del individuo, el nombre estaba estrechamente ligado con la existencia. Lo que no tenía nombre no existía (Gén. 2:19-20; Ecl.6:10).

2.1.1 Sentido y elección del Nombre. El nombre de las personas se corresponde con la misma concepción. En la Biblia no se da como en la actualidad casi al azar; en lo que sea posible, el nombre debe expresar la naturaleza del que lo lleva, y su elección queda influenciada por circunstancias del

nacimiento o por un voto de los padres con respecto al hijo. Se dejaban guiar también por la asonancia o la consonancia de las sílabas, lo que permite un acercamiento en el sentido, o una etimología popular consustancial al genio hebreo ejemplos: Eva - vida (Gn.3:20), Noé - Reposo (Gn. 5:29), Isaac - risa (Gn.17:19); los nombres de los hijos de Jacob comportan siempre una significación Ej. José – que Jehová añada hijos (Gn. 30:24), Zabulón – morada (Gn.30:20), Aser – feliz (Gn.30:13),etc.

Frecuentemente los nombres comportan un significado religioso, de esta manera tenemos una serie de nombres compuestos e incluso de nombres que son una corta frase Ej: Natanael – Dios ha dado, Jonatán – Jehová ha dado, Elimelec – Dios es mi Rey, Ezequiel – Dios es fuerte, Adonías – Jehová es Señor, hay otros nombres que son sencillamente sacados de la naturaleza o inspirados en imágenes de la vida corriente por ejemplo:

Labán = blanco, Lea = vaca salvaje, Tamar = palmera, Débora = Abeja, Jonás = paloma, Tabita = gacela, Penina = perla, Susana =lirio, etc.

Hay nombres surgidos de las circunstancias históricas Ej. Icabod – sin gloria, Zorobabel- nacido en Babilonia.

El nombre parece que era impuesto al recién nacido por lo general en el octavo día de su vida, al ser circuncidado (Gn. 17:12; 21:3-4; Lc.1:59; 2:21).

2.1.2 El cambio de nombre. A causa del sentido sumamente personal unido al nombre, se daba en ocasiones un nombre nuevo a alguien con el fin de señalar la transformación de su carácter Ej. Abram - padre supremo por Abraham- padre de muchas gentes, Saraí – princesa por Sara – princesa madre, Jacob – calcañar suplantador por Israel – príncipe con Dios, Simón – oyendo por Pedro – roca, Noemí – mi deleite por Mara – amarga.

En ocasiones el segundo nombre es una traducción del primero Ej. Cefas en arameo, Pedro – en griego; Tomás – en arameo, Dídimo – en griego; Mesías en hebreo, Cristo en griego, Jesús en griego, Jehová - salva en español.

2.1.3 Los apelativos o apellidos. No eran usuales entre los hebreos pero se añadía una indicación de su origen Ej. Jesús de Nazaret, José de Arimatea, María de Magdala, Nahum de Elcos.

2.1.4 Los patronímicos. Identificaban la persona por el nombre del padre o la madre Ej. Simón hijo de Jonás, Jacobo y Juan hijos de Zebedeo, etc.

También se podía hacer referencia a la profesión Ej. Natán el profeta, José el carpintero, Simón el Zelote, Mateo el Publicano, Dionisio el aeropagita, etc.

2.1.5 Nombres romanos.

Todos los romanos tenían tres nombres:
Ø El praenomen o nombre propio, designación personal
Ø El nomen, indicación de la línea o casa
Ø El congnomen, nombre de familia o apellido que figuraba en último lugar.


2.2 IMPORTANCIA DEL NOMBRE DE DIOS EN EL ANTIGUO TESTAMENTO

Se rendía una importancia o veneración muy particular al Nombre de Dios (Gén. 4:26; Ex. 20:7; Dt. 5:11; 12:5; 1º R. 9:3; Neh. 9:5; Is. 42:8; 52:6; Mal. 2:2), ello se debe a que este Nombre, objeto del mayor de los respetos por parte de todos los creyentes. Era para los Israelitas como la misma presencia del Señor.

Los hombres de la antigüedad conocieron a Dios porque Él se les presentó, esto quiere decir que aunque Adán le dio nombre a las cosas, cuando Dios se hizo patente al hombre, fue Él mismo quien se designó con sus nombres, aunque algunos epítetos sean dados por el hombre.

La Biblia declara hacer conocer no a Dios en sí mismo, sino su nombre o la manifestación externa de sí mismo a sus criaturas inteligentes, esto hace adquirir una especial importancia a las palabras con que se nos indican estas manifestaciones.

3. LO QUE REPRESENTA EL NOMBRE DE DIOS.
3.1 SU PRESENCIA.

En (Dt. 12:11) leemos que en el país de Canaán Dios se reservará un lugar donde morará su Nombre, en (1º R. 8:29) Salomón da a entender que: el mismo que es Omnipotente, manifestaría su presencia en ese lugar, Dios ha querido que su Presencia sea notable en el lugar destinado para la adoración. El Nombre de Dios es sinónimo de su presencia (Sal. 20:1-3; Mat. 28:20).
3.2 SU CARÁCTER.

Cada uno de los Nombres con que Dios se hizo llamar del hombre denota el gran significado de cada uno de ellos, hay profundas revelaciones con respecto a Dios las cuales no son descubiertas de otra forma ni por otro medio Ej: Dios Eterno (Gn. 21:33), Dios Altísimo (Gn. 14:18), Dios Todo Poderoso (Gn. 17:1)
3.3 SU PODER.

El Nombre de Dios se vincula a la revelación de su poder (Ex. 9:16; Gn. 49:24; Dt. 32:39; Hab. 2:20).
3.4 SU AUTORIDAD.

La Autoridad de Dios es un aspecto inalterable de su dominio (Dn. 4:34; Mar. 7:29, Lc. 4:32) Él da autoridad por medio de su Nombre (Ex. 23:21).

4. NOMBRES Y EPÍTETOS DE DIOS EN EL ANTIGUO TESTAMENTO.

El estudio de los Nombres de Dios lo podemos dividir en un esquema cronológico:
4.1 FASE ABRAHÁMICA.

Los siguientes nombres de Dios, son los más generalizados y predilectos en la época patriarcal:
4.1.1 El. Fuerza.

Se deriva de “Ul”, y significa fuerza, potente y por implicación Deidad.
4.1.2 Eloah.

Dios en singular, probablemente es un derivado de “Él” y siempre se refiere a la Deidad, lo mismo que: En arameo “Elah” y en árabe “Ala” divinidad del credo musulmán.
4.1.3 Elohim.

Forma plural de Eloah (Gn. 1:1). Se traduce “Dios” en castellano y se emplea como 2.570 veces en el AT. Y se encuentra por primera vez en (Gn. 1:1), su forma plural, ha causado dificultades a los exégetas y es el apelativo más frecuente para designar a Dios en el AT, ya que es el que mejor expresa la experiencia de los padres de Israel con Dios antes de la revelación mosaica.

Generalmente hablando hay tres puntos de vista en cuanto al significado de esta forma plural:
Ø Es un plural politeísta, para algunos la palabra tenía un sentido politeísta originalmente ya que se aplicaba también a las divinidades paganas Ej. (Gn. 35:2,4; Ex. 12:12; 18:11; 23:24).

Sin embargo el monoteísmo del AT. Fue revelado, y no se desarrolló del politeísmo.
Ø Es un plural trinitario, los trinitarios, creen que aquí se habla de un Dios “triuno” por el uso de esta forma plural.
Ø Es un plural mayestático (relativo de la Majestad), esto lo confirma el hecho de que el sustantivo se usa siempre con formas verbales, adjetivos y pronombres en singular.

Este plural de majestad denota la grandeza y supremacía ilimitadas de Dios
4.1.4 El Elyón.

El Dios Altísimo (Gn. 14:18,19) significa “el más alto” como el poseedor de los cielos y la tierra, El Dios Altísimo tiene y ejerce autoridad en ambas esferas (Dn. 4:35; Sal.2-5) este nombre enfatiza el poder, la soberanía y la supremacía de Dios.
4.1.5 El Roy.

El Dios que ve (Gén. 16:13), Agar reconoce a la Deidad que vela o cuida de ella y da este nombre a Dios.
4.1.6 El Shaddai.

Dios Todopoderoso (Gn. 17:1; 28:3; 35:11; 48:3) El significado etimológico del título “Dios Todopoderoso” es tanto interesante como conmovedor:
Ø “Él” significa “El que es fuerte o Poderoso”,
Ø El calificativo Shaddai se compone de la palabra hebrea “Shad”, que en las Escrituras se usa de manera invariable con referencia al pecho femenino, Dios es Shaddai porque Él es el que nutre y da poder.
Otra derivación de esta palabra es “montaña” por lo tanto este nombre lo presenta como “el poderoso erguido sobre una montaña”.
4.1.7 El Olam.

Dios Eterno (Gn. 21:33), se usa en las Escrituras para expresar la eternalidad de Dios (Sal. 90:2; 100:5; 103:17), característica del Dios a quien veneraba Abraham, además enfatiza el hecho de que Dios es Inmutable y se refiere a su fuerza inagotable.
4.1.8 El-Bet-el.

El Dios de la Casa de Dios (Génesis 35:7) lo que había impresionado antes a Jacob fue el lugar que sirvió de escena a la visión de la escalera por donde subían y descendían ángeles de Dios. Él le dio a aquel lugar el

nombre “Bet-el” casa de Dios (Génesis 28:19) Ahora lo que impresiona a Jacob es el Dios revelado allí y no el lugar mismo, y le da éste el nombre El-Bet-el.
4.2 FASE MOSAICA.

Moisés quiso conocer al Dios que le hablaba, a él no le bastaban los nombres genéricos con aceptación monoteísta ni tampoco los epítetos.
4.2.1 Eheyeh asher eheyeh.

(Ex. 3:13,14; 6:3), esta escritura nos relata cómo Dios se revela a Moisés, el nombre que se da a Dios en este pasaje, proviene del verbo ser o estar. Y se traduce “YO SOY EL QUE SOY”. Fue a Moisés a quién se le reveló el significado profundo de este nombre. Dios dijo que aunque Él se había aparecido a los patriarcas no fue conocido en su sentido pleno y más profundo, esta revelación le vino a Moisés en la zarza ardiente cuando Dios se identificó a Sí mismo como “YO SOY EL QUE SOY”, siendo la idea principal, que Dios estaba presente con el pueblo de Israel.
4.2.2 YHWH.

“Aquel que es” es conocido como el TETRAGRAMATON, en este Nombre encontramos la afirmación del Ser “Eternamente presente” (“YO SOY”), que está en el origen y al final de toda existencia, Dios único, incomparable, sin limitaciones, y la afirmación moral y espiritual de la fidelidad Divina, Este es el nombre inefable que no todos podían pronunciar.
4.2.3 Adonai.

Señor, Dueño; este nombre fue también aplicado ya desde el principio al Dios de Israel (Gn. 15:2,8; 18:3; Ex. 23:17; 34:23). Se utiliza 427 veces en el AT. Expresando la soberanía de Dios.
4.2.4 Jehová.

Nombre propio que los israelitas dieron a Dios, por reverencia y para no pronunciar el Sagrado Nombre. Así fue acuñada la ortografía “Jehová”: los Masoretas (gramáticos hebreos que trabajaron en estudiar y fijar el texto sagrado) tuvieron la idea de añadir a las cuatro consonantes “YHWH”, las vocales que pertenecían al sustantivo “Señor” heb. “Adonay”. El lector judío así no se equivocaba, sabía que tenía allí dos nombres en uno, uno todo en vocales y el otro todo en consonantes. Para los siglos sexto y séptimo A. D. C. Las vocales de “Adonay” se combinaron con las consonantes “YHWH” para recordarle al lector de la sinagoga cómo debía pronunciar el Nombre sagrado. De aquí vino la palabra artificial “Jehová”. Pero todo esto subraya la reverencia con la cual se estimaba éste Nombre. Más tarde los cristianos transcribieron “Jehová” dando así en una sola palabra las dos juntas, aunque la verdadera transcripción debiera darse como “Yahaweh”. Así “Jehová” es el resultado de la combinación de “YHWH” y “Adonay”.
4.2.5 Yawheh.

(Jehová), es el nombre redentor de Dios en el AT: (Ex. 6:3-8), es el nombre distintivo por el cual Dios se identificaba de otros dioses (Is. 42:8). El nombre aparentemente proviene de la raíz “hawa” que significa existencia (como del tronco de un árbol donde cae, Ec. 11:3) o desarrollo (como en Neh.9:6). Quizás las dos ideas se pueden combinar en el significado del nombre de Dios, diciendo que lo denota a Él como el activo y que tiene existencia propia).
4.2.6 Nombres Compuestos.

Los Israelitas utilizaban nombres compuestos para designar a Dios, los cuales describían y revelaban aún más de Él. Podemos observar en el AT. Que Dios progresivamente iba revelando más de sí mismo a medida que diferentes necesidades surgían en las vidas de las personas, y El usaba nombres para expresar su auto- revelación.

Jehova-jireh. En Gn. 22, cuando el ángel del Señor señaló un carnero como sustituto de Isaac, Abraham llamó al lugar “Jehová provee” (vv. 8, 14).

Jehova-rapha. Cuando Israel necesitó sanidad Dios se reveló con este Nombre.

Jehova-nissi. De un modo algo semejante, después de la derrota de los amalecitas, Moisés erigió un altar y lo llamó “Jehová es mi bandera” (Ex. 17.15). Estos, no obstante, no son nombres de Dios, sino modos de conmemorar acontecimientos.Cuando Israel necesitó liberación el Señor dio a conocer su nombre Jehová – con relación a liberación al necesitar ser librados de los enemigos (Ex. 6:3-8).

Jehová-shalom. Este es el nombre dado por Gedeón al altar que erigió en Ofra, “el Señor es paz” (Jue. 6.24).

“Jehová – Sabaot” = Jehová de los ejércitos (1º Sam. 1:3). Esta es una figura militar que presenta a Jehová como el Comandante de los ejércitos angélicos del cielo tanto como de los ejércitos de Israel (1º Sam. 17:45). El título revela la soberanía y Omnipotencia de Dios y fue usado a menudo por los profetas (Isaías y Jeremías) para recordarle al pueblo durante tiempos de crisis que Dios era su Líder y Protector.

Jehova-shammab. Este es el nombre dado a la ciudad de la visión de Ezequiel, “Jehová está allí” (Ez. 48.35).

Hablando estrictamente, estos compuestos no son nombres adicionales de Dios, sino designaciones o títulos que muchas veces surgían de eventos conmemorativos. No obstante, ellos sí revelan aspectos adicionales del carácter de Dios.

Sin embargo ninguno de esos nombres es una completa revelación de Dios, en el AT. Muchos expresaron el deseo pidiendo conocer su Nombre Ej. (Gn. 32:29; Jue. 13:18; Pro. 30:4), Zacarías profetizó (Zac. 14:9).

NOMBRES PRIMARIOS DE DIOS EN EL ANTIGUO TESTAMENTO

Español
Forma Hebrea
Textos

Dios

Dios

Dios Dios

Dios

Jehová

Jah

Señor

Señor

Señor YO SOY

YO SOY EL QUE SOY

Dios Altísimo

Dios me ve

Dios Todopoderoso

Dios Eterno
Elohim

El

Eloah

Elah (forma aramea)

YHWH (Yahweh)

YHW

YH

YHWH o YH

Adon

Adonai

Eheyeh

Eheyeh asher eheyeh

El elyon

El Roy

El Shaddai

El Olam
Génesis1:1

Génesis 14:18

Nehemías 9:17

Daniel 2:18

Génesis 15:2

Exodo 6:4

Salmos 68:4

Génesis 2:4

Josué 3:11

Génesis 15:2

Exodo 3:14

Exodo 3:14

Génesis 14:18

Génesis 16:13

Génesis 17:1

Génesis 21:33

NOMBRES COMPUESTOS DE JEHOVA

Jehová Proveerá

Jehová Sana

Jehová nuestro Estandarte

Jehová que os santifica

Jehová Paz

Jehová de los ejércitos

Jehová Altísimo

Jehová es mi Pastor

Jehová nuestro hacedor

Jehová Justicia nuestra

Jehová está presente

Jehová el Dios de Israel

Anciano de Días
Jehová – Jireh

Jehová – Rapha

Jehova – Nissi

Jehová-Maccaddeshcem

Jehová – Shalom

Jehová-Saboath

Jehová - Elyon

Jehová- Raah

Jehová – Hoseenu

Jehová – Tsidkenu

Jehová – Shammah

Jehová –Elohim-Israel

Attiq-yomin - forma Aramea
Génesis 22:14

Exodo 15:26

Exodo 17:17

Exodo 31:13

Jueces 6:24

1º Samuel 1:3

Salmos 7:17

Salmos 23:1

Salmos 95:6

Jeremías 23:6

Ezequiel 48:35

Exodo 32:13

Daniel 7:9,13,22



4.3 FASE MESIÁNICA.
4.3.1 Siloh.

“Pacificador” (Gn. 49:10) palabra clave en la bendición profética de jacob, es un título con referencia al Mesías.
4.3.2. Kôkàbîm Yaâqob.

Estrella de Jacob. (Num. 24:17; 2ª P. 1:19; Ap. 2:28; 22:16).
4.3.3 Nabi.

“Profeta” (Dt. 18:15-19) se refiere al Mesías profeta.
4.3.4 Ebed.

“Siervo” (Is. 42:1; 52:13-15; 53:11), título dado proféticamente al Mesías.
4.3.5 Renuevo,

“Vástago, Retoño”. Este es un nombre de Cristo que se usa en cuatro maneras:

v El Renuevo de Jehová (Is. 4:2)

es decir el carácter de Cristo como “Emanuel” (Is. 7:14) que habría de manifestarse plenamente al pueblo de Israel, ya restaurado y convertido, después del regreso del Señor en gloria (Mt. 25:31).

v El Renuevo de David (Is. 11:1;

Jer. 23:5; 33:15), esto es el Mesías, “del linaje de David según la carne” (Ro. 1:3), manifestado en su gloria como Rey de reyes y Señor de señores.

v El Siervo el Renuevo. (Zac.

3:8), la humillación y obediencia del Mesías hasta la muerte, según (Is. 52:13-15; 53:1-12; Fil. 2:5-8).

v El Varón cuyo nombre es el

Renuevo. (Zac. 6:12-13), es decir su carácter como el Hijo del Hombre, “el postrer Adán”, “el segundo hombre” (1ª Co. 15:45-47), quien reinará como Sacerdote y Rey sobre la tierra, o sea en el dominio que el primer Adán recibió y perdió.
4.3.6 Immanuel.

“Dios con nosotros” (Is. 7:14; 8:8)
4.3.7 Mehôqêq.

“Legislador” (Is. 33:22)
4.3.8 Goel.

“Redentor” (Is. 59:20).
4.3.9 Mashiakh.

“Ungido ó Mesías” (Dn. 9:25-26)
4.3.10 `Sofet.

“Juez o el que dispenza justicia”. (Miq. 5:1).
4.3.11 Jehová – Tsidkenu.

“Jehová justicia nuestra” (Jer. 23: 5-6).

Los apelativos que enfocan particularmente la era mesiánica tienen como componente la palabra “Rey” Ej: (Sal. 24:9-10; Is. 44:6; Zac.14:19).

5. NOMBRES Y EPÍTETOS DE DIOS EN EL NUEVO TESTAMENTO.
5.1 THEOS (Dios)

Theos es una de las designaciones más frecuentes para Dios en el Nuevo Testamento y la traducción más común en la Septuaginta para Elohim. Casi siempre se refiere al único Dios verdadero, aunque algunas veces se aplica a los dioses del paganismo en las palabras que se citan de los paganos o de cristianos al repudiar estos dioses falsos (Hec. 12:22; 14:11; 17:23; 19:26-27; 1ª Cor. 8:5; 2ª Tes. 2:4). También se refiere al diablo 8 2ª Cor. 4:4) y a la sensualidad (Fil. 3:19).

Los usos de la palabra “Theos” revelan varias realidades del Dios verdadero.
Ø Es el único Dios verdadero. (Mat. 23:9; Rom. 3:30; 1ª Cor. 8:4,6; Gál. 3:20; 1ª Tim. 2:5; Sat.2:19).
Ø Él es único. El es el único Dios (1ª Tim. 1:17), el único Dios verdadro (Jn. 17:3) el único santo (Ap. 15:4), el único sabio (Rm. 16:27). Por lo tanto, los creyentes no pueden tener otros dioses a la par del único Dios verdadero (Mateo 6:24).
Ø Él es transcendente. Dios es el Creador, Sustentador, Dios del universo y planeador de las Edades (Hech. 17:24; Heb. 3:4; Ap.10:6)
Ø Él es Salvador (1ª Tim.1:1; 2:3; 4:10; Ti. 1:3; 2:13; 3:4).
5.1.1 Cristo como Theos.

A Cristo se le llama “Theos” Dios en varios textos del Nuevo Testamento. La enseñanza de Juan incluye los siguientes pasajes: (Juan 1:1, 18; 20:28) donde algunos manuscritos leen: “El Unigénito

Dios”, y esa variación singular puede considerarse base porque Jesucristo es el mismo Dios del Antiguo Testamento (He. 13:8; 1ª de Juan 5:20).
5.2 KYRIOS (Señor)

La mayoría de las 717 veces que se emplea Kyrios en el Nuevo Testamento son por Lucas (210) y Pablo (275), puesto que ellos escribieron al pueblo de la cultura y lengua griega.

La palabra enfatiza autoridad y supremacía. Puede significar señor (Jn. 4:11), dueño (Lucas 19:33), amo (Col. 3:212), o referirse a los ídolos (1ª Cor. 8:5) o al esposo (1ª P. 3:6). Cuando se habla de Dios como Kyrios, “expresa particularmente su posición como Creador, su poder revelado en la historia y su dominio justo sobre el Universo”.
5.2.1 Cristo como Kyrios.

Durante su vida terrenal se dirigían a Jesús como Señor, con el sentido de Rabí o Señor (Mt.8:6). Tomás le atribuyó Deidad total cuando declaró: “¡Señor mío y Dios mío!” (Jn. 20:28). La resurrección y exaltación de Cristo lo situaron como el Señor del universo (Hec. 2:36; Fil. 2:11).

Para un cristiano primitivo acostumbrado a leer el Antiguo Testamento, la palabra “Señor”, cuando se aplicaba a Jesús, sugeriría su identificación con el Dios del Antiguo Testamento. Esto significa, con relación a un versículo como (Romanos10:9), que cualquier judío que públicamente confesara que Jesús de Nazaret era “Señor”, se entendería que le estaba atribuyendo la naturaleza y Atributos divinos a Él”. Por lo tanto, la esencia de la fe cristiana era reconocer a Jesús de Nazaret como el Yahweh del Antiguo Testamento.
5.3 DESPORTES (Dueño)

Esta palabra lleva en sí la idea de posesión, mientras que Kyrios enfatiza la autoridad y su presencia.

Simeón se dirige a Dios en oración como Desport (Lc. 2:29), igualmente Pedro y los que estaban con él (Hech. 4:24) y también los Mártires en el cielo (Ap. 6:10); Cristo es llamado Desport (2ª P. 2:1; Jud. 4).
5.4 CHRISTOS (Heb. Mashiakh)

Este nombre o título, Cristo, es la forma griega de la palabra hebrea Mesías (Dn.9:25-26), y que en nuestro español es Ungido, le relaciona a Él con las predicciones antiguotestamentarias concernientes a la venida de un Profeta (Dt. 18:15-´19), Sacerdote (Sal. 110:4) y Rey (2º S. 7:7-10).

Así como el profeta, el sacerdote y el rey eran típicamente ungidos con aceite (1º R. 19:16; Ex. 29:7; 1º S. 16:13), Jesús fue ungido con el Espíritu Santo para manifestarse como el Cristo de Dios (Jn. 1:32-33).
5.5 JESÚS (He YESHUAH 0 Jehová – Salva)

Jesús es el equivalente griego del hebreo YESHUAH que significa Jehová salva ó Yahweh es ayuda o Salvación. Aunque Yeshuá es también forma tardía de Josué u Oseas, la palabra hebrea para salvación es YESHUAH.

Se sabe que otros han portado el nombre Jehosua, Josué, Oseas o Jesús, pero Jesús el Ungido, Él es el único que era y es exactamente lo que ese Nombre quiere decir o describe ¡El Señor que existe por sí mismo es Salvación!.
5.6 EL SEÑOR JESUCRISTO (Nombre compuesto)
Ø El Señor. Esto denota el aspecto Paterno de Jesús sobre su propia Iglesia, Él es el heredero de todas las cosas (Col. 1:15-18)
Ø Jesús. Es el Nombre Redentor de Dios en esta Dispensación y Nombre sobre todo nombre (Mt. 1:21; Hech. 4:12; Fil. 2:9-10).
Ø Cristo. Quiere decir el Ungido o el Mesías, esto se refiere al Espíritu Santo sobre Él.

El Nombre compuesto El Señor Jesucristo, encierra en sí toda la plenitud de la Divinidad “del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”.
6. EL NOMBRE DE JESÚS.

Cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios sí satisfizo el añorar de su pueblo y se reveló en todo su poder y gloria a través del Nombre de Jesús.
6.1 LO QUE REPRESENTA EL NOMBRE DE JESÚS.

Sabiendo el significado del Nombre Jesús, debemos intentar comprender lo que Él es para quienes somos sus seguidores. Este nombre representa la presencia de su dueño, su poder y la obra de Dios. Cuando nosotros invocamos su Nombre creemos que Él mismo se hace presente y comienza a obrar, nuestra fe demuestra obediencia a su Palabra.
6.2 PLENA REVELACIÓN DE DIOS.

Así como Dios en el AT. Progresivamente revelaba más de

su naturaleza y su nombre respondiendo a las necesidades de su pueblo, de igual manera Jesús en el NT, reveló el Nombre y la naturaleza de Dios por medio de milagros (Jn. 14:7-11; 10:37-38).
6.3 IDENTIFICACIÓN DE LA IGLESIA.

La Iglesia del NT es identificada por “El Nombre de Jesús”, conviene recordar que somos su cuerpo, su esposa y esto nos da a entender que llevamos su Nombre y le pertenecemos a Él. Jesús dijo que seríamos perseguidos por causa de su Nombre, y esto sucede desde el principio (Mt. 10:22; Hech.5:28; 9:21; 15:26), más para nosotros es un privilegio sufrir por causa del Nombre (Hech. 5:41).
6.4 USOS DEL NOMBRE DE JESÚS.

En el Nombre de Jesús está todo el poder, el carácter, las facultades y la autoridad de Dios, por tal razón todo lo que hagamos sea de palabra o de hecho debemos hacerlo en el Nombre de Jesús (Col. 3:17).

La Iglesia del Señor, en obediencia a la Palabra del Señor:
Ø Predica y enseña en el Nombre de Jesús (Hech.4:17-18).
Ø Bautiza en el Nombre de Jesús (Hech. 2:38).
Ø Echa fuera demonios en el Nombre de Jesús (Mr. 16:17-18).
Ø Ora en el Nombre de Jesús (Jn. 14:13-14; 16:23).
Ø Hace señales en el Nombre de Jesús (Hech. 4:30).
Ø Se congrega en el Nombre de Jesús (Mt. 18:20).
Ø
Sana los enfermos en el Nombre de Jesús (Stg.5:14).
6.5 EL NOMBRE SOBRE TODO NOMBRE.

La declaración hecha en Hechos 4:12 enfoca nuestra atención en la importancia del Nombre de Jesús, “porque no hay otro nombre bajo

el cielo, dado a los hombres en que podamos ser salvos”. Esta declaración no puede ser ignorada en el estudio de la Deidad. Los profesores Flanders y Cresson de la Universidad de Baylor han dicho: “para la gente de antaño el nombre es parte de la persona, una extensión de la personalidad del individuo”

En el AT. Dios usó una revelación progresiva de su Nombre para revelar más de sus atributos y características a su pueblo. Su Nombre también representa su presencia, 1º R. 9:3 señala hacia esto. Dios prometió, “..para poner mi nombre en ella para siempre...” mientras hablaba del templo que Salomón edificó.

Según el Señor suplía las diferentes necesidades de su pueblo, Él revelaba más de sí mismo a ellos, no sólo por medio de sus hechos, sino en la forma de un Nombre.

Cuando Dios suplió la necesidad para que la humanidad fuese salva; Él se reveló a sí mismo como Jesús = (Jehová el Salvador).



Nehemías 9:5 declara que el nombre de Dios desde la eternidad hasta la eternidad es glorioso y alto sobre toda bendición y alabanza, y en Efesios 1:21 Pablo declara que el Nombre de Jesús es sobre todo nombre que se nombra. ¿Tendremos dos dioses con dos nombres sobre todo nombre? ¡Imposible! La única respuesta es que el nombre de Jesús es el nombre de Dios.


Jesús llena todos los nombres que describen a Dios en el AT. El es “...Uno y uno su Nombre...” del cual profetiza Zacarías en el capítulo 14:9.

Pablo declara en Fil. 2:10 que el Nombre de Jesús es el nombre que es sobre todo nombre. El continúa diciendo, “para que en el Nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra y debajo de la tierra”.

Isaías 45:23 revela que el Nombre de Dios es Jesús, porque es Dios quién dijo que a Él se doblará toda rodilla. Ro. 14:10-12 declara que esto será cumplido cuando todos comparezcamos ante el tribunal de Cristo.

Isaías 52:6 registra la siguiente profecía: “Por tanto, mi pueblo sabrá mi Nombre.... en aquel día”. Continua diciendo: “...porque yo mismo que hablo, he aquí estaré presente”. Is. 52 y 53 se refiere al tiempo que Dios habría de venir como el Mesías – Redentor.

Jesús mismo declaró que Jesús es el nombre del Padre (Deidad). En Juan 5:43 Él dijo: “yo he venido en nombre de mi Padre...” en Juan 17:6 Jesús dijo que El había manifestado el nombre del Padre a los discípulos. El único Nombre manifestado por Jesús fue “Jesús” y este nombre se ha convertido en el vínculo o puente entre Dios y el hombre.

Dios ha puesto una gran importancia en su Nombre, en Malaquías 2:2 Él mandó a los sacerdotes que pusiesen suma importancia a su Nombre.

7. CONCLUSIÓN.

En la Biblia un nombre era, más que una identificación; Describía a quien lo llevaba, muchas veces revelando alguna característica de la persona, siendo que el Nombre Jesús representa al “Señor que existe por sí mismo hecho salvación”. Es natural que el diablo odie el Nombre y a los que lo invocamos.

La primera orden que dio el diablo contra la Iglesia fue de intentar detener la predicación en el Nombre, (Hech. 4:17-18) pero las puertas del infierno no han prevalecido contra la Iglesia.

VOSOTROS SOIS DIOSES

Vosotros sois dioses

por
Jason Dulle
JasonDulle@yahoo.com


Sin duda, "Vosotros sois dioses" es una de las más extrañas declaraciones registradas en la Biblia. Es uno de esos versos que simplemente pasar por alto una y otra vez debido a su peculiaridad. No lo entiendo, pero somos capaces de vivir con esa falta de entendimiento. ¿Qué significa cuando Asaf escribió estas palabras bajo la inspiración del Espíritu Santo en el Salmo 82? ¿Qué quiso decir Jesús en Juan 10 cuando citó Asaf a los Judios incrédulos?

En primer lugar hay que ver el Salmo 82 para obtener el contexto en el que se encuentran estas palabras. En el versículo uno Asaf declara que Dios juzga entre los dioses. Esta palabra "dioses" es la misma palabra hebrea que se usa en el versículo seis. Los versículos dos al cuatro de informarnos sobre la identidad de estos dioses a quienes Dios juzga. Ellos no son otros que los jueces o magistrados de la tierra. Eran gobernantes que estaban pervirtiendo sentencia a través de su oficina y autoridad. Debido a esto, se declara: "Yo dije: Vosotros sois dioses, y todos vosotros hijos del Altísimo, pero moriréis como hombres, y caen como uno de los príncipes." (Salmo 82:6-7) . El Señor había dado a estos gobernantes su autoridad, pero lo abusado (Daniel 4:25, 30, 34-37, 5:18-22, Romanos 13:1-4). Como resultado de su gestión mal en los oficios de Dios, el Señor dijo que caería como uno de los príncipes. En este pasaje, entonces, los que son llamados dioses son jueces humanos en la tierra de Israel.

La palabra hebrea traducida como "dioses" es Elohim. Esta es la forma plural masculina de la raíz de la palabra El, que denota fuerza y poder. 1 Elohim es usado 2.250 veces en el Antiguo Testamento. Lo interesante de esta palabra es que no siempre se refiere al único Dios verdadero, y ni siquiera siempre traducido como "dios". También se atribuye a los ángeles (Salmo 8:5), y los jueces humanos (Éxodo 21:6). Se traduce como "poderoso", en referencia a un ser humano príncipe (Génesis 23:6), el trueno (Éxodo 9:28), "grande", en referencia a la competencia de Rachel con Leah para niños (Génesis 30:8). La razón por la que Dios llamó a los jueces "dioses" era debido a su fuerza y ??el poder de la posición, no a causa de ninguna deidad dentro de ellos. Como acabo de demostrar, la palabra no siempre implica deidad, ya sea falso o verdadero, pero puede referirse a diferentes oficinas, pueblos, o conceptos.

Ahora vamos a examinar el uso de Jesús de este versículo de Juan 10:34. El evento que llevó a Jesús cita este versículo fue la Judios 'respuesta a su reclamación de deidad. No sólo afirman la deidad, pero afirmó ser Yahweh mismo (Deuteronomio 6:4; Juan 10:30-33). Los Judios no entendía las palabras de Jesús: "Yo y mi Padre somos uno", en el sentido de que Jesús estaba en la unidad con el propósito de Dios. Ellos entendieron lo que se asevera que él y Dios eran uno en esencia y sustancia. Para los Judios esto era una blasfemia. Blasfemia recibido la pena de muerte por lapidación de acuerdo con la Ley de Moisés. Por eso tomaron piedras para apedrearlo.

Jesús sabía que era su afirmación de ser Dios mismo que enfureció a los Judios suficiente para matarlo. Si Jesús sólo quería decir que su unidad con el Padre estaba de propósito, y no de esencia, este habría sido el momento perfecto para explicar a los Judios que Él no estaba afirmando ser Dios, sino simplemente un semidiós, o el segundo Dios envió desde el Señor. En su lugar citó el Salmo 82:6 diciendo: "¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois Si llamó dioses a aquellos a quienes la palabra de Dios, y la Escritura no puede ser quebrantada? Decid a él , a quien el Padre santificó y envió al mundo: Tú blasfemas, porque dije: Yo soy el Hijo de Dios? ".

El punto que Jesús estaba haciendo aquí era que ya que "'la Escritura usa la palabra Dios en su aplicación a los magistrados, se resuelve la cuestión de que es correcto aplicar el término a aquellos en el poder y la autoridad. Si se aplica a ellos, puede ser otros en cargos similares. No puede, por lo tanto, una blasfemia usar esta palabra como corresponde a un personaje mucho más elevada que los magistrados sólo como el Mesías. " " 2 Si los magistrados podrían ser llamados por la misma palabra usada por el verdadero Dios porque eran líderes a quienes la palabra de Dios vino (se encomendó), entonces Jesús también debe ser capaz de reclamar el título de Yahweh desde Pronunció las palabras de Dios. Argumento de Jesús a los Judios era que si los seres humanos sólo podían llevar el título de "dioses" en las Sagradas Escrituras, entonces no deberían oponerse a su solicitud ya sea.

Con esto, creo que también podríamos ver un toque de sarcasmo en las palabras de Jesús. En cierto sentido, Él dijo: "¿Por qué no puedo ser Dios sólo porque soy un hombre. Aún estás propias Escrituras declaran los hombres a ser dioses?" Jesús no estaba minimizando su identidad como algo menos que Dios, pero parece estar burlándose de los Judios con sus propias Escrituras. Los Judios continuamente vino a Jesús con las Escrituras que tratan de destruir a sus reclamos, por lo que Jesús utilizó sus propios métodos en ellas.

Si Jesús no tenía intención de ser por lo menos un poco sarcástico con los Judios, entonces su declaración habría puesto él en el mismo nivel que un magistrado o un líder, y no como el Hijo de Dios, como Él dijo ser (Juan 10:30 , 36). Si Jesús se estaba equiparando con un magistrado o un líder, él no podría haber reclamado a estar en el Padre, y el Padre tiene en Él (Juan 10:38). Esta fue una identidad especial y única relación con el mismo Jesús. Ningún hombre podría reclamar nada parecido, de hecho, sin cometer blasfemia contra el Dios de los cielos.
Notas al pie


1. El plural hebreo Elohim se deriva de la forma singular Eloah (usado 226 veces tanto del único Dios verdadero, así como las deidades falsas). Aunque es un sustantivo en plural, no siempre significa más de uno. El plural hebreo puede significar más de una, pero también se utiliza para indicar la intensidad, o una multiplicidad de atributos. La palabra "face" y "agua" son siempre en plural, porque la cara muestra muchos aspectos de una persona, y el agua, ya que fluye. De la misma manera, nuestro Inglés, "Dios", es de la forma hebrea plural de El, porque la pluralidad majestuosa de Dios de atributos. Cuando el contexto está hablando del verdadero Dios, el hebreo siempre utiliza un verbo en singular con Elohim, mientras que cuando se habla de los falsos dioses que utiliza un verbo plural de Elohim. Cada vez que un versículo del Antiguo Testamento, que usa Elohim en referencia al Dios único y verdadero, es traducido por los autores del Nuevo Testamento, que se traduce como el theos singular en vez del plural theoi. Esto demuestra que los Elohim cuyo nombre era "Yahweh" en el Antiguo Testamento era una, no muchos. <regresar>

LAS 70 SEMANAS

LAS SETENTA SEMANAS
Preparado por:
Pastor. Jairo Antonio Marín Leiva (Secretario Nacional)

Israel contrastado con los gentiles. En el Nuevo Testamento así como en el Antiguo hay numerosos mensajes dirigidos a Israel y esto continúa luego de la institución de la iglesia en Hechos 2 (Hch. 3:12; 4:8). En estas referencias es obvio que sólo los que son racialmente israelitas están incluidos. Lo mismo es aplicable a la oración de Pablo por la salvación de Israel (Ro 10:1), la cual se basa en el hecho de que él también es un israelita.

El uso del término judío que comenzando en el Antiguo Testamento en el libro de Ester y continuando en el Nuevo Testamento, describe con claridad a los que son israelitas y no gentiles. Esto se hace obvio en la distinción de 1 Corintios 10:32, en donde la división tripartita de la raza humana en

Gentiles
Judíos
La Iglesia de Dios

Hace claro que las divisiones separadas continúan en la era presente.

Pablo señala, en la exposición de la situación de Israel en sus días que los israelitas tienen muchos privilegios particulares (Ro 9:4 - 5), y ninguno de ellos se relaciona con la Iglesia.

La iglesia contrastada con el Israel perdido. Los milenaristas concuerdan con que la Escritura distingue a Israel de la Iglesia porque los israelitas perdidos obviamente no son parte de la Iglesia. Si el Israel natural, incluyendo a los perdidos, existe aparte de la iglesia, es imposible transferir las promesas dadas a la nación de Israel a la Iglesia, la cual está compuesta de los que son salvos en la era presente.

Pablo reconoció el estado actual de perdición de muchos en Israel. Como nación Israel le ha dado la espalda a Dios y no está operando bajo la bendición de Dios. Esto se ilustra en el olivo con las ramas naturales desgajadas, que se refiere a Israel, y a los gentiles como el olivo silvestre que ha sido injertado (Ro 11:7). Sin embargo, Pablo advierte a los gentiles que como grupo de Dios tiene un futuro nacional para Israel y que “todo Israel será salvo” (v 26). Con esto no quiere decir que cada individuo se salvará, sino que Israel como nación será liberada cuando venga el Libertador de Sion, refiriéndose a la Segunda Venida de Cristo (v 26)

La segunda dispersión de Israel

Las advertencias de la dispersión. Luego de la primera dispersión de Israel, el viaje de Jacob y su familia a Egipto por invitación de José, los profetas advirtieron acerca de una posible segunda dispersión. Moisés había establecido el principio de que la obediencia a la Ley era necesaria para que cualquier generación poseyera la tierra (Dt. 28). Ahora en tiempos de la apostasía de Israel, los profetas predijeron el cautiverio asirio. El profeta Isaías, que vivió aproximadamente durante los años 740 – 680 a. C., predijo el cautiverio asirio que ocurrió en del 722 – 721 a.C. Isaías registró:

Isaías 8:6 – 8 “”

El cumplimiento de la profecía de la dispersión. Jeremías no sólo profetizó la llegada de Babilonia sino que también registró el cumplimiento histórico tal y como se declara en Jeremías 39:1 – 2 “”. El capítulo registra la trágica captura de Sedequías, la matanza de sus hijos ante sus ojos, así como el haber sido enceguecido y llevado a Babilonia (39:5 - 7). Jeremías también registró la destrucción de Jerusalén y la quema del palacio (vv 8 - 10). Esto ocurrió en el 605 a.C.

Luego un enorme contingente de Israelitas fue llevado al cautiverio en el 597 a.C. y por último el templo fue destruido en el 586 a.C. (2 Cr 36:14- 21). Se mató a la mayoría de los líderes de Israel, los artículos del templo fueron llevados a Babilonia, y el libro templo mismo así como la muralla de Jerusalén fueron destruidos junto a los palacios y todo lo que tuviera valor. El segundo libro de de Crónicas cierra diciendo que la tierra disfrutaría de su descanso sabático que Israel le había negado por 70 años (36.21). También registra la proclamación de Ciro que se pronunció aproximadamente en el 538 a.C., que le permitió regresar a los hijos de Israel.

2 Cr 36:22 – 23 “”

La tercera y última dispersión de Israel

Su predicción en el Antiguo Testamento

Así como tanto la primera dispersión de Israel hacia Egipto como la segunda hacia Asiria y Babilonia se cumplieron con el regreso literal de Israel a la tierra prometida, así también el Antiguo Testamento predijo una tercera dispersión mundial, cuya extensión jamás se realizó en las dispersiones anteriores de Israel. Como se expresa en la profecía de Moisés mencionada con anterioridad, Dios declaró: Dt. 28:64 “” La profecía continúa describiendo la ansiedad, la persecución y los problemas que confrontaría Israel cuando fuera esparcido a través de todo el mundo. Sin embargo, esta dispersión mundial jamás se cumplió en el Antiguo Testamento porque, como en los cautiverios asirios y babilónico, en que la dispersión se limitó a estos países.

Su predicción en el Nuevo Testamento. La dispersión definitiva de Israel fue anticipada por Cristo cuando profetizó la destrucción del templo Mt 24:2 “” Jesús describió la destrucción de Jerusalén que precedería la tercera dispersión en términos gráficos.

Lc. 21:20 – 24 “”
El cumplimiento de la tercera dispersión. Esta profecía como otras profecías, se cumplió literalmente, y la destrucción de Jerusalén ocurrió en el 70 d.C. con una terrible persecución y matanza de decenas de millares de israelitas. Jesús profetizó que la dispersión sería “a todas las naciones” (Lc. 21:24). La historia ha registrado el triste cumplimiento.

Luego del 70 d.C. y la destrucción de Jerusalén, Israel fue echado de la tierra, sus ciudades fueron destruidas, se arruinaron sus viñedos, y sus pozos fueron llenados de rocas. Se hizo todo esfuerzo posible por lograr que no se pudiera vivir en la tierra, lo cual causó que sólo permanecieran unos 15.000 judíos en la tierra. El resto fueron esparcidos por todo el mundo, un proceso que continúo hasta el siglo veinte. Sin embargo, hasta esta dispersión anticipó la futura reunión de Israel, porque Jesús dijo: “Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan” (Lc. 21:24). Esta dispersión mundial, como las otras, finalmente terminará e Israel regresaría a su tierra.

Las promesas en Isaías de una futura reunión de Israel.

Las promesas de una futura asamblea de Israel están insertas en las promesas de un reino futuro del Mesías sobre la tierra. Estas promesas se encuentran en tantos pasajes que es sorprendente que se hayan hecho esfuerzos para ignorar o relativizar estas profecías.

En la descripción del reino mesiánico en Isaías 11:1 – 12, el profeta declaró:

Vv 11 – 12 “”

Puesto que el reino glorioso descrito en este capítulo es futuro, así también lo será la reunión de Israel.

Isaías añadió: Is. 14:1 “”
Isaías 27:13 registra la profecía en cuanto a que vendrían “los que habían sido esparcidos en la tierra de Asiria, y los que habían sido desterrados a Egipto, y adorarán a Jehová en el monte santo, en Jerusalén”

En 43:5- 7 Isaías registra esta palabra de parte de Dios “” Nótese que esto implica una reunión mundial, la cual sólo podía lograr después del 70 d.C. cuando ocurrió la dispersión mundial. Isaías describió en el capítulo 60 el reino glorioso de Cristo. “Isaías 60: 21”. El ingrediente que falta en las reuniones de la primera y la segunda dispersión fue la posesión eterna de la tierra por parte de Israel. Esto se cumplirá en su tercera y última asamblea. La reunión de Israel “de entre todas las naciones” se menciona una vez más en Isaías 66:20

La promesa de Jeremías de una reunión futura. El profeta Jeremías, que vivió un siglo después de Isaías, con frecuencia hizo referencia a la reunión de Israel durante la apostasía de los reyes de Judá. Esto enfatiza un punto importante en la doctrina que el pueblo de Israel regresaría a la tierra no porque lo merecieran sino porque son recipientes de la gracia de Dios. Hasta en su apostasía Dios les recordó que serían reunidos.

Jer. 16:14 – 16

Jer. 23:5 – 8

Por tanto, he aquí que vienen días, dice Jehová, en que no dirán más: Vive Jehová que hizo subir a los hijos de Israel de la tierra de Egipto, sino: Vive Jehová que hizo subir y trajo descendencia de la casa de Israel de tierra del norte, y de todas las tierras adonde yo los había echado; y habitarán en su tierra.

En este pasaje la reunión final de Israel está conectada con el reino de Cristo sobre la tierra, un tiempo cuando se juntarán los reinos de Judá e Israel. La reunión de Israel contrastará con la reunión de Egipto y será “de todas las tierras adonde yo (el Señor) los había echado” (Jer 23:8), Esto, por supuesto, todavía no se ha cumplido y requiere cumplimiento literal en el futuro.

Otra aseveración minuciosa de esta reunión de Israel se encuentra en Jeremías 30:8 – 11, luego de un pasaje relacionado con la gran tribulación (vv 5 - 7), de la cual Jacob será librado. Dios promete librar a Israel de sus opresores

Jer. 30: 8 – 11 “”

La reunión concuerda con el propósito divino de no destruir a Israel sino preservarlo para siempre. Jeremías 31:10 – 14, otro extenso pasaje, habla de traer a Israel de vuelta a su antigua tierra. El momento de la reunión de Israel implicará el cumplimiento del nuevo pacto para Israel (Jer. 31:31 - 37), el cual se tratará luego en el capítulo 17.

El tiempo de la reunión de Israel ocurrirá cuando Jerusalén sea reedificada, de acuerdo con Jeremías 31:38 – 40.

He aquí que vienen días, dice Jehová, en que la ciudad será edificada a Jehová, desde la torre de Hananeel hasta la puerta del Ángulo. Y saldrá más allá el cordel de la medida delante de él sobre el collado de Gareb, y rodeará a Goa. Y todo el valle de los cuerpos muertos y de la ceniza, y todas las llanuras hasta el arroyo de Cedrón, hasta la esquina de la puerta de los caballos al oriente, será santo a Jehová; no será arrancada ni destruida más para siempre.

Aquí están todas las promesas conocidas dadas con anterioridad, a saber: “Yo (Dios) los reuniré de todas las tierras a las cuales los eché (v 37)”. Cuando regresen “los haré habitar seguramente (v 37)”. La bondad y la gracia de Dios hacia ellos jamás cesará (v 40). En el contexto de otras citas de Jeremías, es claro que esto se refiere a la reunión final.

Las profecías en Ezequiel de la reunión futura. Ezequiel añadió su palabra de confirmación en cuanto al futuro de Israel. Luego de describir el juicio purgatorio sobre Israel en el cual se le prohíbe la entrada a la tierra a los rebeldes (20:33 - 38), Ezequiel cita al Señor “” Ez. 20:42

En Ez. 34:13 Ezequiel registró esta palabra del Señor: “Y yo las sacaré ---”

Se dio otra promesa acerca de la reunión de Israel en conexión con la promesa de Ezequiel en cuanto a la restauración de la nación de Israel en el valle de los huesos secos: “Y les dirás… (Ez 37:21 – 22)”

En conexión con esta promesa el Señor declaró: “Mi siervo David… (37:24 - 25)”

La referencia al reinado de David sobre Israel Señala con claridad hacia una futura restauración de Israel y hacia un futuro reino que no se ha cumplido todavía. Aunque algunos han tratado de espiritualizar esta promesa para apartarse de su sentido literal, el pasaje enseña de forma clara que David participará con Cristo como corregente y gobernarán sobre los hijos de Israel en el reino milenario. Esto también se confirma en Ezequiel 34:23 – 24: “Y levantaré sobre ellas un pastor, y él las apacentará; a mi siervo David “. Aunque Jesucristo como Rey de Reyes y Señor de Señores reinará sobre todo el mundo así como sobre la casa de Israel, David al parece participará en el trono del reino de Israel. En vista de que David será resucitado antes del reino milenario, esto es aparente y provee una explicación razonable de este pasaje.

En 39:25 – 29 Ezequiel dio otra admirable promesa en cuanto al alcance de la reunión de Israel. Primero el Señor declaró “(v 25)” Entonces añade: “(vv 27 - 29”

El sorprendente factor en esta profecía no sólo es que será reunidos entre todas las naciones sino que el Señor los reunirá “sobre su tierra, sin dejar allí a ninguno de ellos (v 28)” Esta misma verdad se señala en Jeremías 16:14 – 16. Debido a que esto nunca se cumplió en ninguna de las reuniones anteriores, es obvio que se refiere a una tercera y futura reunión en conexión con la Segunda Venida de Cristo.

La promesa de la futura reunión en los profetas menores. Lo que se enfatizó en Israel, Jeremías y Ezequiel también se encuentra en los profetas menores. De acuerdo con Oseas 3: 4- 5 “” Oseas, reconociendo que el trono de Israel estaría vacante por muchos años y que los sacrificios cesarían, no obstante reafirmó que Israel regresaría a Dios y a David su rey, esto es obvio que es una referencia a la declaración profética de que David participará en el trono de Cristo en su futuro reino milenario. Joel añadió su palabra de profecía sobre este tema luego de describir de forma gráfica los previos juicios de Dios “Pero Judá será habitada… (3:20 - 21)”. Amós, luego de una larga repetición de los pecados de Israel y el juicio divino sobre ellos, no obstante prometió un día de restauración para Israel (9:11 - 15). Hizo referencia a esto como una restauración del “tabernáculo caído de David (v 11)” Presentó las abundantes cosechas de Israel en aquel día y entonces concluyó “” (vv 9:14 - 15)

La prometida restauración de Israel incluirá la reedificación de sus antiguas ciudades, la plantación de viñedos y jardines. Algunas de estas profecías se están cumpliendo ahora. El versículo final declara llanamente que Israel será restaurado a su tierra y jamás será echado de ella. En vista de que las dos dispersiones habrían de ser seguidas por una tercera, esta reunión es la ultima que forma parte de las promesas del reino dadas a Israel en conexión con la Segunda Venida de Cristo. Como tal, es claro que esta promesa aún no se ha cumplido de forma literal alguna.

A estas promesas de la futura restauración de Israel a su tierra pueden añadirse la de Abdías 17 – 21 en cuanto a que Israel poseerá la tierra. Miqueas también presentó este reino futuro (Mi 4_1 - 8) En este pasaje Israel es descrito como protegido en paz y seguridad y disfrutando de sus viñedos e higueras. Su futura restauración se relaciona con el pacto abrahámico (Miq. 7:20). Sofonías añadió su capítulo a la futura reunión de Israel a su antigua tierra (cap. 3). En Zacarías, el pueblo de Israel se presenta regresando de países del este y del oeste (Zac. 8:7 - 8). En confirmación de esto como una promesa futura del reino, se describe a Jerusalén como la capital de la tierra (v 22). Zacarías 14 describe la Segunda Venida de Cristo y el reino milenario que seguirá. Esto incluirá con obligatoriedad el cumplimiento de las promesas de la tierra.

Importantes Conclusiones.

Se pueden alcanzar algunas conclusiones en cuanto a las promesas de la tierra a Israel en su totalidad.

Es obvio que Israel no ha poseído la tierra permanentemente, ya que fue dispersado después de dos reuniones anteriores.
En base a las claras promesas de los profetas, Israel será reunido de una tercera dispersión y estará en su tierra durante el reino milenario
Es evidente que las promesas dadas a Israel no serán cumplidas por la iglesia o por los gentiles.
La promesa debe ser cumplida por la simiente física de Jacob, en concordancia con el pacto abrahámico
Puesto que la promesa de la posesión es una promesa sin fin, es obvio que se relaciona con un reino futuro, ya que todas las posesiones anteriores han terminado en dispersiones. Si Israel va a poseer la tierra, el punto de vista pre milenarista del regreso del Señor es el correcto.

ISRAEL, LA CLAVE PARA INTERPRETAR LA PROFECÍA

Para un cristiano gentil, el tema de Israel en la profecía no tiene un atractivo inmediato como doctrina de importancia. Sin embargo, cuando uno empieza a estudiar la profecía en la Biblia rápidamente es obvio que Israel está en el centro de la profecía bíblica y que para entender la profecía en su totalidad uno debe entender el propósito de Dios para Israel.

En la historia de la interpretación profética frecuentemente se ha descuidado el estudio de Israel, llevando a que la profecía en su totalidad no se haya comprendido. Los distintos intentos de torcer las profecías acerca de Israel para que se refieran a la Iglesia, y el amplio descuido de la revelación bíblica acerca de Israel, resultó en la indiferencia hacia Israel hasta que el reavivado interés en la profecía en el siglo veinte dirigió la atención de nuevo hacia el profetizado futuro de Israel.

El avivamiento del estudio de Daniel 9:24 – 27 se ha concentrado en el asunto del futuro de Israel, Aunque el pasaje el difícil, y muchas interpretaciones divergentes tienden a confundir al intérprete, la exégesis cuidadosa recompensará al intérprete con el resumen de Daniel de la historia profética de Israel en su culminación en la Segunda Venida. Lo que sigue a la Segunda Venida no está en la revelación de Daniel pero se halla en otros profetas tales como Isaías y Jeremías.

La importancia de la profecía. Pocos pasajes en el Antiguo Testamento son más importantes para el entendimiento profético que Daniel 9: 24 – 27. La interpretación de este pasaje depende en gran medida de si el intérprete es un liberal que niega la realidad de la profecía, un conservador milenarista que reconoce la legitimidad de la profecía pero niega que deba ser interpretación literal del pasaje. También vale la pena considerar la interpretación judía. Los intérpretes son influidos en gran medida por sus presuposiciones, y debido a que solo lo pre milenaristas proveen una interpretación literal, todas las interpretaciones no literales están caracterizadas por una gran diversidad y desacuerdo.

Preguntas acerca de la profecía. Algunas de las preguntas centrales son:

¿Qué personas tienen en mente la profecía?
¿Qué se quiere decir cronológicamente por las setenta “semanas”?
¿Cuáles son los seis hechos esenciales descritos en Daniel 9:24, los hechos descritos por las siete primeras “semanas”?
¿Qué se quiere indicar a través de las setenta y dos “semanas”? y más importante aún
¿Que se profetiza en la septuagésima “semana”?

Envuelta en todas estas consideraciones está la cuestión de si algunas de las profecías ya se han cumplido y si algunas todavía están sujetas a cumplimiento futuro.

El trasfondo de la profecía. El trasfondo de esta profecía fue el cumplimiento de las predicciones de Daniel de que el Imperio Babilónico sería seguido por los medos y los persas. El cumplimiento ocurrió (Dn. 9:1) cuando Babilonia cayó ante lo Medo Persas. Cuando los persas conquistaron a Babilonia, Daniel aparentemente descubrió por vez primera la profecía de Jeremías 25:11 en cuanto a que las desolaciones de Jerusalén durarían setenta años, y la profecía de Jeremías 29:10 de que luego de los setenta años Israel podría regresar a su patria.

La oración de Daniel. Debido a que ya habían pasado aproximadamente unos sesenta y siete años, la comprensión que tenía Daniel de estas profecías de Jeremías hizo que orara por el cumplimiento de la restauración de Israel. En esta hermosa oración Daniel expresó pena por los pecados de Israel que había causado su cautiverio, y apeló a Dios por su gracia al restaurarlos en concordancia con la palabra profética. Daniel claramente esperaba el cumplimiento literal de la profecía. La respuesta a la oración de Daniel se halla en el libro de Esdras, cuando unos 50.000 regresaron de Babilonia a Israel y comenzaron la importante obra de restauración.

Aunque la oración de Daniel tal y como se registra es relativamente breve, su oración, probablemente duró bastante tiempo, y mientras todavía oraba, Dios envió a Gabriel una visión acerca de los 490 años. Daniel escribió, “aun estaba hablando en oración, cuando el varón Gabriel, a quien había visto en la visión al principio, volando con presteza, vino a mí como a la hora del sacrificio de la tarde. … (Dn. 9:21 - 23)”

La profecía de Gabriel. Prosiguió el pronunciamiento profético de Gabriel: Dn. 9:24 – 2

Los setenta “sietes”

La profecía comienza aseverando que el período de la profecía es de 70 veces 7, 6490. Tanto los intérpretes conservadores como los liberales concuerdan generalmente que la unidad es anual en lugar de días de veinticuatro horas. La palabra semanas (RVR) no está en el texto original: A medida que la profecía se desenvuelve, los setenta “sietes” se dividen en tres unidades. Primero, siete “sietes”, entonces otro período de 62 “sietes”, y un periodo final de un “siete”. Cada uno de estos tres períodos ha sido sujeto a distintas interpretaciones.

Israel: el pueblo interpelado

De entrada una importante decisión es la identificación del pueblo interpelado que fue descrito como “tu pueblo y sobre tu santa ciudad” (v 24). Los que están determinados en identificar la iglesia e Israel como el mismo pueblo intentan aplicarle esto a la iglesia. Es obvio, si uno se acerca a este pasaje con una mente abierta, que Daniel claramente entendería “tu pueblo” como el pueblo de Israel, por quienes él justamente había terminado una agonizante oración, y “tu santa ciudad” como Jerusalén, la cual había sido objeto de su petición en 9: 16 – 19.

Aquí la revelación del plan de Dios y el propósito para Israel obviamente contrasta con lo que le había revelado a Daniel anteriormente en cuanto a los cuatro grandes imperios mundiales. A Daniel le fue concedido el raro privilegio, mucho más que cualquier otro profeta del Antiguo Testamento, de bosquejar el principal programa par las naciones, o los gentiles, y el principal programa para Israel. Es cuestionable que se expresara duda alguna de que el pasaje se refiere a Israel de no ser por la conclusión milenarista de que Israel no tiene futuro político o nacional. Por otro lado, como aclara la interpretación pre milenarista de las profecías del Antiguo Testamento, la revelación de Dios en muchos países acerca de un futuro para Israel se convierte en la piedra angular para el entendimiento del programa de Dios para el futuro, así como para el cumplimiento de la profecía en el pasado.

Los seis hechos principales profetizados en Daniel 9:24

El periodo incluido en la profecía implica seis elementos principales descritos en las frases
“para terminar la prevariación”

Como el periodo comprendido en esta profecía aparentemente lleva a Israelí su punto de restauración, el concepto de terminar la prevariación probablemente se puede interpretar mejo al enjuiciar y concluir la apostasía de Israel y comenzar su periodo de restauración espiritual, es decir, su restauración en el reino milenario.
“poner fin al pecado”

El concepto de finalizar el pecado, igualmente, lleva al perdón y la restauración y el comienzo de un nuevo nivel espiritual
“expiar la iniquidad”

Es innegable que la promesa de expiar la iniquidad se refiere a la muerte de Cristo como fundamento de la gracia de Dios y su aplicación cuando Jesucristo regrese de nuevo.
“para traer la justicia perdurable”

La “justicia perdurable” se logra mediante la gracia de Dios a través de la muerte de Cristo y está incorporada en la profecía de Jeremías 23:5 – 6 “He aquí que vienen días, dice Jehová, en que levantaré a David renuevo justo, y reinará como Rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la tierra….” Así como Daniel indicó que la culminación de la historia sería en la llegada del reino desde el cielo (Dn. 7:13 - 14), el clímax que aquí se procura indudablemente se relaciona a la Segunda Venida de Cristo y el comienzo de su reino sobre la tierra.
“sellar la visión y la profecía”

Sellar la visión y la profecía indudablemente también se relaciona con la Segunda Venida de Cristo, aunque anteriormente la Biblia se completó y ya no se pueden escribir otros libros de la Biblia. Sin embargo, la visión continuará y será parte del tiempo del fin, pero también terminará cuando Cristo mismo regrese en su presencia visible a la tierra. En ese entonces no habrá necesidad de otras profecías.
“ungir al Santo de los santos”
El paso final, “ungir al Santo de los santos”, probablemente representa el problema principal. A pesar de que puede relacionarse con algunos hechos pasados, podría relacionarse con el Lugar Santísimo en el templo milenario descrito en Ezequiel 40 – 43. Algunos procurarían que se extendiera hasta la Nueva Jerusalén en el estado eterno. Tomado en su totalidad, estas profecías ocurren justamente antes o durante el tiempo de la Segunda Venida de Cristo.

El comienzo de los setenta “sietes”

Probablemente ningún aspecto de los setenta “sietes” ha causado más controversia que la cuestión del comienzo de los setenta “sietes” profetizados. De acuerdo con la profecía misma, sería “desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén” (9:25). A Daniel se le dijo que debería saber y entender esto (v 25). Daniel, sin embargo, probablemente no lo tuvo claro en su mente mucho más de lo que lo tenemos nosotros hoy día.

Una vez más entra en juego la posición teológica del intérprete. Los a milenaristas generalmente intentan comenzar la seria en un momento que lleve a un cumplimiento no literal. Por ejemplo, algunos comenzarían los 490 años en el 486 a.C., cuando, en cumplimiento de la profecías de Daniel, Jerusalén fue destruida. El cumplimiento no coincide con la profecía misma.

Si el decreto se refiere al decreto de un regente humano en lugar de un decreto de Dios, en la Escritura se mencionan al menos cuatro decretos diferentes:
El decreto de Ciro se relacionaba con la reedificación del templo en el 538 a.C. (2 Cr 36:22 - 23)
Darío pronunció un decreto que confirmó el decreto de Ciro (Esd 6:6 - 12). Esto fue en respuesta a la petición de los enemigos de Israel en cuanto a si había o no un decreto de Ciro. La búsqueda en los archivos reveló un pergamino (Esd 6 :1), que en efecto le permitía a los hijos de Israel completar el tabernáculo
Artajerjes le dio autoridad a Esdras para edificar un templo para Dios en Jerusalén (Es 7:11 - 26)
Artajerjes le dio a Nehemías un decreto final para edificar la ciudad y las murallas en concordancia con la petición de Nehemías (Neh 1:3) Este decreto final es el único que realmente se relaciona con la restauración y la edificación de la ciudad misma.

Sin embargo, cada uno de estos decretos se ha usado como punto de partida por varios expositores para los setenta “sietes”. Sólo el decreto final de Nehemías realmente se ajusta al detalle de la profecía que anunciaba la reedificación de la ciudad. De todas formas, no hubo tal cosas hasta el tiempo de Nehemías, y el edicto fue decretado en el último mes de 445 a.C. o en el primero del 444 a.C. Puntos de vista divergentes al análisis pre milenarista tienden a eludir esta conclusión porque se ajusta demasiado a la letra de la profecía que podría contradecir el concepto de que ella no puede ser tomada literalmente.

El cumplimiento de los setenta “sietes”

Si los 490 años comienzan en el 445 a.C., esto cumpliría los 483 años en el 33 d.C. En el cálculo, el año profético de 360 días debe entenderse en concordancia con la profecía bíblica cuando se usa consecuentemente. El calendario judío consistía de 12 meses de 30 días cada uno, con la provisión de que luego de que su acumularan suficientes días se añadía un decimotercer mes para corregir el calendario. Sin embargo, en la profecía este decimotercer no se considera. En Apocalipsis 11:3 y 12:6, por ejemplo, los 31/2 años de 360 días se confirma por el uso de 1.260 días. Además, 42 meses cubren el mismo período (Ap 11:2; 13:5) La expresión, “un tiempo, y tiempo, y la mitad de un tiempo” también es considerada como 31/2: un “tiempo” equivale a 1 año “tiempos” equivale a 2 años y “la mitad de un tiempo” equivale a 6 meses, para un total de 31/2 años en concordancia con otra profecía (Dn. 7:25; 12:7). Hasta hace poco se suponía que la muerte de Cristo había ocurrido varios años antes, pero la erudición moderna ha dado credibilidad a la conclusión de que la muerte de Cristo ocurrió en el 33 d.C., lo cual se ajusta precisamente al patrón de 483 años, dejando el cumplimiento de los últimos 7 años durante algún momento después de la muerte de Cristo. Los pre milenaristas generalmente adoptan el punto de vista de que los 483 años ya se han cumplido. Queda la cuestión de si los últimos siete años también se han cumplido.

Los setenta “sietes”: Los primeros siete años

Como lo indica la profecía, los 490 años se dividen en tres partes, la primera consiste en 49 años. Si los 490 años comienzan con la obra de Nehemías en la ciudad de Jerusalén, estos se ajustan naturalmente con lo que la profecía declara: que la ciudad sería reedificada con calles y una fosa. De acuerdo con Nehemías 11:1, a uno de cada diez se le ordenó edificar una casa en Jerusalén. Esto implicaba esparcir las ruinas y edificar una nueva ciudad sobre la vieja. De todas maneras, cuando Cristo nació en Belén, una villa cerca de Jerusalén, ésta era una ciudad próspera.

Los setenta y dos “sietes2, 434 años

El segundo segmente de setenta y dos “sietes”, o 434 años, aparentemente siguió inmediatamente después de los siete primeros “sietes”, y prácticamente todos los comentaristas concuerdan con esta secuencia. No se indica que ocurra nada de específico en este período, pero aparentemente continúo la reedificación de Jerusalén.

Los últimos siete años

Se profetizan dos hechos principales. El Clímax de la profecía se ocupa de dos hechos que ocurrirán luego del sexagesimonovena “siete” y aparentemente no en el septuagésimo “siete”. Esto introduce una gran controversia en la interpretación de este pasaje. Los dos hechos mencionados son:

1. Que “se quitará la vida al Mesías, mas no por sí” (Dn. 9:26), lo cual parece ser una clara referencia a la muerte de Jesucristo como Mesías.
2. “el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones” (v 26) Esto ocurrió en el 70 d.C. o 37 años después de la muerte de Cristo, el cual es un período muy extenso como para describirse en 7 años. El problema de la interpretación es que se dice que estos dos hechos sucederán luego de los 62 “sietes”, o 483 años, pero aparentemente no en los último 7 años. La implicación es que hay un periodo de tiempo entre el final de los 483 años y el comienzo de los últimos 7 años.


La interpretación pre milenarista. En este periodo de tiempo ocurren dos sucesos, la muerte de Cristo y la destrucción de Jerusalén, distando al menos 33 años entre los mismo. Seria imposible compactar estos dos sucesos en los últimos 31/2 de la profecía.

Un estudio de estos hechos registrado durante los últimos 7 años de los 490 años también parece relacionarse claramente a los hechos que todavía son futuros. El pronombre “el” de Daniel 9:27, si se refiere al antecedente más cercano, se refería al regente del versículo 26 en lugar de al Mesías. Esto concuerda con otras profecías que presentan los últimos 7 años como el tiempo de angustia que lleva a la Segunda Venida de Cristo. En la interpretación pre milenarista durante la primera mitad de este período, de acuerdo con Daniel 9:27, se hará y se observará un pacto con Israel. Esto aparentemente será un pacto de paz, que ayuda a explicar el breve tiempo de paz de Israel en Ezequiel 38. Sin embargo, en medio de los últimos 7 años se quebrantará el pacto.

Esto se refiere a un pacto hecho con un regente político, e iniciará un período de angustia para Israel. Este se distinguirá por el fin del sacrificio y la ofrenda en el templo, lo cual se confirma en Daniel 12:11 “” Esto coincide con la profecía de Cristo de que la profanación del templo ocurrirá al comienzo de la gran tribulación. La abominación que causa desolación es la profanación del templo en un tiempo futuro cuando la estatua del regente mencionada en Daniel 9:26 será colocada en el templo como objeto de adoración (2 Ts. 2:4). La gran tribulación todavía es futura desde el punto de vista del libro de Apocalipsis. Es imposible identificarla como algo que ocurrió inmediatamente después de la muerte de Cristo como contienden los milenaristas.

Las profecías por cumplirse coinciden con lo que ocurrió en tiempos de Antíoco, quien profanó el templo en el segundo siglo a.C. El, igualmente, cesó el sacrificio y estableció un ídolo pagano en el templo. Esto fue una abominación, y explica porqué la futura profanación del templo también es descrita como una abominación.

Una evaluación adicional del templo indica que el regente que introduce los último 31/2 de gran tribulación también será juzgado en la Segunda Venida de Cristo (Ap. 13), que una vez más aclara que los hechos descritos son futuros en lugar de pasados.

LAS ORACIONES DE JESUS..NO ERA UNA PERSONA ORANDO A OTRA

Las Oraciones de Jesús: No se Necesita de dos Personas para que Tengan Sentido

Por Jason DulleDe acuerdo con la teología de la Unicidad, Dios en su modo encarnado se relaciona con Dios en su modo no-encarnado (o trascendente), como si fuera otra persona, aunque sea la misma persona* en dos modos de existencia. Esta explicación parece problemática a la luz de la máxima bien establecida de que la verdadera comunicación requiere de la presencia de al menos dos personas. Compare esto con la explicación de la Trinidad, de que el Padre y el Hijo son dos personas distintas, y que se relacionan entre sí como tales, lo cual no viola la máxima de la comunicación y le daría sentido a las oraciones de Cristo. Considerando lo que sabemos acerca de la comunicación, ¿entonces el punto de vista trinitario supera al punto de vista unicitario en el poder explicativo?Admito que a primera vista, la teología trinitaria parece tener una ventaja explicativa sobre la teología de la Unicidad, cuando se trata de las oraciones de Cristo. La comprensión del sentido común de la comunicación, es que requiere al menos de dos personas. El dogma trinitario nos da un total de tres personas que son capaces de comunicarse entre sí. Para los trinitarios, entonces, el asunto de la comunicación entre Jesús y el Padre es fácilmente explicado como una comunicación entre la segunda y la primera personas de la Trinidad.

Los adherentes a la Unicidad no la tienen tan fácil. De acuerdo con la teología de la Unicidad, Dios es unipersonal, y por lo tanto nos vemos obligados a responder a una pregunta ante la cual los trinitarios no se enfrentan: ¿Si Jesús es el Dios unipersonal encarnado, entonces con quién habló Jesús? Sólo tenemos un par de opciones. La opción por la que han optado la mayoría de los creyentes de la Unicidad, es por la teoría de la "naturaleza orando", en la que se argumenta que la naturaleza humana de Cristo se comunica con su naturaleza divina, pero a lo que esta posición conduce, es a dos personas dentro de Cristo: una divina y una humana. Esta opción no es satisfactoria, porque confunde la naturaleza humana con la persona humana. Jesús tiene una naturaleza humana que está personalizada por la persona divina, Él no posee un ego humano distinto. Además, esto destruye la base de la obra de la mediación de Cristo en la cruz, así como la base para reclamar que Jesús es Dios. Debido a estos problemas fundamentales, esta opción debe ser rechazada. (Como lectura adicional, vea mi artículo: La Doble Naturaleza de Cristo. Evitando los Talones de Aquiles del Trinitarismo, el Monarquianismo Modalista y el Nestorianismo: El Reconocimiento y el Entendimiento Adecuado de la Distinción entre el Padre y el Hijo, dando clic en http://unicodios.blogspot.com/2012/02/la-doble-naturaleza-de-cristo-evitando.html).

La otra opción es a la que yo me sumo: Cuando Dios se hizo hombre, Él tomó una existencia humana, que hace a su Ser consciente de sí mismo exclusivamente como hombre en ese modo de existencia, al mismo tiempo que sigue siendo consciente de sí mismo como el Dios trascendente a la encarnación en su modo continuado divino de existencia. La comprensión de esta distinción existencial en la persona de Dios, es de suma importancia para la comprensión de la comunicación entre el Padre y el Hijo.En la condescendencia de la encarnación de Dios, Él adquirió una nueva forma de existir y un nuevo modo de conciencia que fue completamente humano, a la vez que continuó existiendo y siendo consciente de sí mismo como siempre lo había hecho antes de su acto de encarnación. Entonces, con posterioridad a la encarnación, Dios existe en dos modos distintos, y es consciente de sí mismo de dos maneras distintas: como Dios y como hombre. En su modo continuo de existencia trascendente a la encarnación, Él funciona exclusivamente como Dios; en su modo de existencia encarnada, Él funciona exclusivamente como hombre. Vea la siguiente ilustración: (De clic sobre el dibujo para ampliarlo y ver mejor su contenido).La realidad de la encarnación y la posterior distinción existencial es tan intensa y profunda, que Jesús debe estar relacionado con Dios, como cualquier otro ser humano. Existe una distinción fenomenológica entre el Padre y el Hijo –dado que el Hijo es verdaderamente humano– debido a que Dios adquirió una mente/conciencia humana en la encarnación. Como resultado de la encarnación como el Hijo, es que hay un Hijo que se relaciona con el Padre como lo hacen otros, aunque de hecho, el Hijo y el Padre son en última instancia la misma persona divina (pero existiendo en dos modos distintos de existencia).

Debido a la genuina perspectiva humana de Cristo, Él puede orar al Padre como si el Padre fuera una persona distinta, y puede amar al Padre como si amara a una persona diferente (como cualquier ser humano puede hacerlo) a pesar de que el Hijo es la misma persona que el Padre.Todavía queda la pregunta en cuanto a si la explicación de las oraciones de Cristo por parte de la teología de la Unicidad, viola la máxima de que la verdadera comunicación requiere al menos de dos personas. Yo diría que no, si se aclara el principio fundamental de la máxima.La comunicación requiere la presencia de por lo menos dos mentes, no necesariamente de dos personas. La regla consiste en que hay una mente por persona, y por lo tanto se deduce que la comunicación genuina requiere de dos personas. Sin embargo, si una persona puede tener dos mentes distintas, la comunicación sería posible en aquella única persona entre sus dos mentes. De acuerdo con la teología de la Unicidad, este es exactamente el caso con el Padre y el Hijo. Por medio de la encarnación, la persona de Dios llegó a poseer dos mentes funcionales – no dos mentes divinas, sino una mente humana y una mente divina. En su modo de existencia no-encarnado, Él funciona de acuerdo a su mente/conciencia divina, y en su modo de existencia humano, Él funciona de acuerdo con su mente/conciencia humana. Sicológicamente hablando, podríamos ver las funciones del Padre y del Hijo similares a como funcionan dos personas, a causa de la distinción real entre los modos sicológicos divino y humano de la conciencia de Dios, pese a que una sola persona da a ambas mentes su base ontológica.Admito que al analizar superficialmente la comunicación entre el Padre y el Hijo, todo parece indicar la presencia de dos personas metafísicamente distintas, pero aquella percepción -si fuera verdadera- tendría graves consecuencias para la plena deidad de Cristo, que ni siquiera los trinitarios estarían dispuestos a aceptar.

Sólo alguien inferior a Dios tiene necesidad de orarle. Si la comunicación de Jesús con el Padre estuviera arraigada en su persona divina, los trinitarios se verían obligados a concluir que el Hijo de Dios es inferior a Dios Padre. Esta conclusión contradice la clara enseñanza de las Escrituras, que muestra que Jesús es plenamente Dios, y por lo tanto debe ser rechazada. Si la comunicación entre el Padre y el Hijo no puede ser explicada en términos de dos mentes divinas, entonces la visión trinitaria de Dios como un conjunto de tres personas distintas no sirve de ninguna ayuda para explicar las oraciones de Cristo. Y si el empleo de estas distintas personas divinas no proporciona una explicación adecuada para las oraciones de Cristo, ¡entonces seguramente las oraciones de Cristo no pueden ser consideradas como la mejor evidencia acerca de la existencia de más de una persona en la Divinidad!Si la comunicación entre el Padre y el Hijo no puede ser explicada en términos de dos mentes divinas, entonces ¿cómo puede ser explicada? Curiosamente, los teólogos trinitarios y unicitarios, se ven obligados a emplear la misma explicación para las oraciones de Cristo: la existencia de una conciencia humana auténtica. Las oraciones de Cristo brotaron, no de su persona divina, sino de su mente/conciencia humana. La comunicación entre el Padre y el Hijo, no tuvo lugar entre dos mentes/conciencias divinas, sino entre una mente/conciencia divina y una mente/conciencia humana. Si sólo una mente divina es necesaria para explicar la comunicación entre el Padre y el Hijo, entonces la explicación de la Unicidad sobre las oraciones de Cristo es totalmente adecuada para explicar los datos bíblicos, así como también la máxima de la comunicación.Nota del Traductor:* El autor (Jason Dulle) está consciente de que la Biblia no usa el término persona en relación con Dios, pero de todos modos aplica dicho término a Dios, considerando la definición de persona como un ser consciente, racional, pensante, sujeto a diversas experiencias (una mente). Dios, los ángeles y los hombres encajan en esta descripción, y así ellos son personas: Dios es una persona divina, los ángeles son personas angelicales, y la gente son personas humanas.

ADORAR A DIOS CORRECTAMENTE

La Necesidad de Adorar a Dios
de Una Manera Correcta


INTRODUCCIÓN

A. En prácticamente cada civilización que ha existido en la tierra, los hombres han manifestado un deseo insaciable de adorar a alguien o a algo. De este hecho innegable testifica la historia. Desde el comienzo del tiempo, la gran mayoría de la raza humana ha creído de alguna manera u otra en un ser sobrenatural y también ha participado en alguna forma de adoración, por muy primitiva (e incorrecta) que haya sido.

B. Aun los que rehusan adorar al único Dios verdadero expresan su anhelo de venerar a otros supuestos dioses, a otros hombres, a los cuerpos celestiales, a los animales, a las imágenes o aun a sí mismos.

1. Esto me recuerda cuando uno de mis vecinos me reveló que es ateo. Es importante notar que muchos piensan equivocadamente que el ateo "no cree en nada", pero ¡es todo lo contrario! Al rehusar creer en Dios, en seguida el ateo busca a otras personas o cosas para llenar el vacío. Un ejemplo de esto se ve en lo que me dijo este vecino. Al confesar que era ateo añadió: "Tú crees en Dios y yo en el hombre". Los que creen que los hombres son los dioses de su propio destino se llaman "humanistas" y su religión es "el humanismo".

2. ¡OJO! No digo que esté bien adorar a los hombres, a los animales, o a las cosas sino simplemente que todos los hombres desean honrar a alguien o a algo; es un anhelo universal.

C. En el Nuevo Testamento, la palabra "adorar" quiere decir "actuar piadosamente hacia [alguien o algo]" (EUSEBEO) o "hacer reverencia, dar obediencia a [alguien]" (PROSKUNEO) (W. E. Vine, Diccionario Expositivo De Palabras Del Nuevo Testamento, Vol. 1, p. 47).

1. Algunos sinónimos por la palabra "adorar" son: venerar, reverenciar, honrar, exaltar.

2. El hombre adora a Dios con los labios, alabándole por lo que es y dándole las gracias por lo que ha hecho, Ef. 5:19,20. Pero también le adora con todo su ser (cuerpo y mente) obedeciendo su voluntad, Ro. 12:1,2. Dios quiere que todos los hombres le adoren de esta forma.


I. DIOS QUIERE QUE LE ADOREMOS A ÉL, Y SÓLO A ÉL

A. Dios busca a verdaderos adoradores, Jn. 4:24. El punto principal de este versículo es que Dios quiere encontrar a cierta clase de adoradores. Dios busca a personas que estarán dispuestas a adorarle "en espíritu y en verdad". (Hablaremos del significado de esto más adelante.)

1. En Ro. 1:20 el apóstol Pablo indica que Dios se nos ha revelado a través de la creación, o sea, "por medio de las cosas hechas" para que deseemos adorarle. Cuando uno analiza cuidadosamente la gran complejidad del universo y de la vida, notará indicios muy claros de orden y de diseño. Los planetas del sistema solar, el cuerpo humano, y hasta las criaturas más pequeñas funcionan como máquinas muy precisas. Todas estas cosas apuntan a un Arquitecto Maestro.

a. ¿Por qué Dios se ha esforzado por dejar sus huellas por todo el universo? ¡Porque quiere que el hombre le busque y le adore!

b. Sin embargo, fíjense en lo que ha pasado, Ro. 1:21-25. ¡Dios quiere que el hombre adore al Creador pero en vez de esto el hombre casi siempre ha querido adorar a lo creado! El hombre adora a dioses de su propio invento e imaginación, adora a otros hombres, adora a los cuerpos celestiales, adora a los animales, adora a las imágenes y, a veces, adora a sí mismo.

2. En cierta ocasión, durante su segundo viaje evangelístico, Pablo tuvo la oportunidad de hablar a los habitantes de Atenas, Grecia acerca de Dios. Veamos lo que les dijo en Hch. 17:24-26. ¿Para qué hizo Dios el mundo y todas las cosas que en él hay? ¿Para qué da a todos vida y aliento y todas las cosas? ¿Para qué nos ha señalado el tiempo y el lugar en que debemos vivir? Respuesta: ¡para que busquemos a Dios! (v. 27).

B. Esto es lo mínimo que le podemos dar. (Él nos ha dado todo.)

1. Cada día Dios no para de bendecirnos, que lo queramos reconocer o no. Siempre nos colma de bendiciones físicas; nos da comida, ropa, salud, trabajo, un sitio donde vivir, etc. etc. Nos da "lluvias del cielo, y tiempos fructíferos, llenando de sustento y de alegría nuestros corazones" (Hch. 14:17). Él es quien "da a todos vida y aliento y todas las cosas" (Hch. 17:25).

* ¿Sabe Usted que si no fuera por Dios, no tendría ni casa, ni muebles, ni coche, ni ropa, ni comida, ni un solo céntimo en su cuenta bancaria? Pero Usted me dice: "¡Un momento! ¡Yo he ganado todo eso con mi propio sudor, con mi propia sangre!" Sin embargo, si no hubiera sido por Dios, no podría haber tomado ni siquiera un solo respiro cuando estaba trabajando por aquellas cosas.

2. Dios ofrece perdón de pecados a todos los que le obedezcan y toda bendición espiritual, Ef. 1:3,7.

3. Lo mínimo que podemos hacer es darle la adoración debida. Sal. 29:2 dice: "Dad a Jehová la gloria debida a su nombre; adorad a Jehová en la hermosura de la santidad". ¿Qué es lo que Dios pide de nosotros? La gloria (adoración) debida.

C. Dios no quiere compartir su alabanza con ningún hombre, animal, o cosa. Is. 42:8 dice: "Yo Jehová; este es mi nombre; y a otro no daré mi gloria, ni mi alabanza a esculturas". Dios no quiere que le adoremos a través de las imágenes porque es Dios "celoso" (Éx. 20:4,5), es decir, no quiere compartir su alabanza con ningún hombre u otra cosa creada.

D. Dios quiere que le adoremos públicamente. Algunos dicen: "Yo puedo adorar a Dios a solas. No necesito estar con un grupo de gente". Es verdad que se puede adorar a Dios a solas pero también es necesario adorarle con otros, o sea, públicamente, Hch. 2:42; Heb. 10:24,25. Si Usted quiere ser un siervo fiel de Dios, no puede ausentarse de la asamblea pública por cualquier razón y todavía pensar que está glorificando a Dios. Si va a estar de vacaciones, sigue siendo necesario reunirse con una iglesia fiel porque así se adora a Dios y no a solas únicamente.


II. TRES CLASES DE ADORACIÓN

A. La adoración ignorante --

1. Hch. 17:22,23 -- ¿Por qué eran ignorantes estas personas?

a. En primer lugar, no conocieron a Dios. No conocieron nada de sus características, ni de sus leyes. Hoy día, hay gente en todo el mundo que se reúne para adorar pero, en realidad, no conocen a Dios porque rehusan escucharle a través de las páginas de Su Palabra.

b. Segundo, habían hecho ídolos (imágenes) y daban adoración (honor, reverencia, veneración) a ellos en vez de a Dios. Sin embargo, veamos lo que Pablo nos dice en Hch. 17:24-29. Su argumento va algo así:

i. Dios es mucho más grande que nosotros porque Él ha hecho todo, v. 24.

ii. Nosotros también formamos parte de su creación, vv. 26, 28.

iii. ¿Cómo, pues, se atreve el hombre a adorar a algo que el mismo ha hecho?, v. 29.

2. La ignorancia es el resultado de no conocer la Palabra del Señor, Os. 4:6. Todo en cuanto a la adoración tiene que hacerse conforme a lo que se ha revelado (Col. 3:17). Muchos tienen "celo de Dios, pero no conforme a ciencia" (Ro. 10:2).

3. Cuando el hombre no quiere adorar a Dios conforme a lo que ha sido revelado, el resultado siempre es el mismo: el hombre llega a ser su propio dios y, que lo quiera reconocer o no, se adora a sí mismo y a sus propios deseos. De esta manera el hombre se exalta en vez de Dios.

B. La adoración vana, Mt. 15.

1. Los judíos seguían enseñanzas y prácticas las cuales no tenían el respaldo de la Palabra de Dios. Jesús les preguntó: "¿Por qué también vosotros quebrantáis el mandamiento de Dios por vuestra tradición?" (v. 3). También dijo: "...habéis invalidado el mandamiento de Dios por vuestra tradición" (v. 6). Lo más trágico es que "en vano" honraban a Dios "enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres" (v. 9).

2. Los hombres siguen teniendo la misma forma de pensar que los judíos del tiempo de Jesús. Muchas tradiciones que se practican en las iglesias del mundo hoy en día son adiciones y no sólo aclaraciones de la Palabra de Dios. Debemos estar dispuestos a rechazar humildemente cualquier tradición humana que invalide el Nuevo Testamento. Cuando el hombre obedece mandamientos y tradiciones que son contrarias a la Palabra de Dios la adoración que ofrece a Dios llega a ser una cosa hueca, inútil y, en fin, no vale para nada a los ojos de Dios.

3. ¿Cuál es la causa principal de la adoración vana? (Véase la segunda parte de Mt. 15:8.) Cuando el hombre está dispuesto a obedecer las tradiciones y enseñanzas de otros hombres significa que su corazón está lejos de Dios. No le da a Dios el lugar en su corazón que Le corresponde. No le da la gloria debida.

C. La adoración verdadera, Jn. 4:24.

1. El que ofrece adoración ignorante trata de adorar a Dios pero no conforme a la verdad.

2. El que es culpable de ofrecerle adoración vana no solamente invalida la Palabra de Dios sino que también su corazón está lejos de Dios.

3. ¡El que ofrece adoración verdadera hace todo lo contrario de los otros dos! Esta persona adora a Dios con todo el corazón ("en espíritu") y conforme a lo que Dios ha revelado en su Palabra ("en verdad").

a. "en espíritu", Ro. 1:9; Ef. 6:18. "La adoración que Dios desea no es carnal (para diversión) ni superficial (formalidad fría)... Por eso es necesario que adoremos de corazón [Ro. 6:17] ... es decir, con entendimiento, de buena voluntad, y con amor y gozo [2 Co. 8:24]..." (W. Partain, Notas Sobre el Evangelio de Juan, p. 39).

b. "en verdad", Mt. 7:21. No es suficiente servir a Dios conforme a nuestros propios gustos sino según la voluntad del Padre.


CONCLUSIÓN

¿Qué clase de adoración ofrece USTED a Dios? Dios busca a verdaderos adoradores. ¿Es Usted uno de ellos? Si es así, le toca buscarle a Dios (Hch. 17:27) y obedecerle para que sea salvo (Mr. 16:16).









JESUS, LA VOZ Y LA PALOMA...TRINIDAD????

Jesús, la voz, y la Paloma

por
Jason Dulle
JasonDulle@yahoo.com

"Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos a él, y él vio al Espíritu de descender como una paloma Dios, y venía sobre él Y hubo una voz de cielo, que decía: "Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia" (Mateo 3:16-17; véase también Marcos 1:9-11, Lucas 3:21-22 y Juan 1:32-34) .

Muchos han utilizado este pasaje como un texto de prueba para la Trinidad. ¿Es este el punto del pasaje? Con el fin de obtener una mejor comprensión del pasaje, los cuatro relatos del evangelio deben ser consultados y en comparación / contraste. Los tres evangelios sinópticos coinciden en que los cielos se abrieron. Mateo, Marcos y Juan coinciden en que el Espíritu de Dios fue visto descender sobre Jesús en forma de paloma. Los evangelios de Mateo y Marcos usan "él" para referirse a la persona que vio al Espíritu de Dios que bajaba en forma de paloma, mientras que Juan usa el pronombre personal "yo", en referencia a la persona que vio este fenómeno. Mateo sólo se refiere al hecho de que el Espíritu venía sobre él, y sólo Juan describe la paloma como sigue habita delante de Jesús cuando fue bautizado. Juan es también el único escritor que da el propósito de la aparición de la paloma. Todos los tres evangelios sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas) hablan de la voz del cielo y reiterar lo dicho ese día.

Entender el propósito para el bautismo de Jesús también puede ser útil. Parece que hay cuatro propósitos. En palabras del propio Jesús dijo que el objetivo era "cumplir toda justicia". Jesús nos estaba dando una especie de ejemplo a seguir.

En segundo lugar, el bautismo de Jesús fue una inauguración oficial y pública del ministerio terrenal de Su (Juan 1:26-27, 31). Fue en este momento que Jesús se reveló a Israel como su Mesías.

El tercer objetivo del bautismo de Jesús era que fue allí donde Jesús fue ungido por el Padre con el Espíritu Santo y con poder para el ministerio. Creo que este es el motivo más importante de todos.

Los profetas del Antiguo Testamento, los sacerdotes y los reyes eran ungidos siempre de alguna manera dar a entender que ellos fueron escogidos de Dios (Éxodo 28:41; 29:7; I Reyes 19:16). El aceite con el que fueron ungidos era un símbolo del Espíritu Santo. Jesús, entonces, de la manera como iba a ser ungido por el Espíritu Santo cuando Él vino a cumplir el papel de profeta, sacerdote y rey (Salmo 45:7-8, Isaías 61:1). En lugar de ser ungido con aceite que era símbolo del Espíritu Santo, Jesús fue ungido por el Espíritu de Dios mismo. Los sacerdotes, en particular, se lavaron con agua y ungido con el propósito de la consagración a su oficina (Éxodo 29:4, 7). Esto puede tener cierta incidencia sobre por qué Jesús fue bautizado en el agua. Ciertamente él no fue bautizado por el pecado, porque Él era sin pecado. Fue bautizado como un lavado para su ordenación como el Sumo Sacerdote para toda la humanidad (Véase Hebreos 7).

Esta unción que Jesús recibió no significa que Él se convirtió en Dios o Cristo en su bautismo. Esto no era más que el punto en el que Dios le ungió para el ministerio. Jesús tuvo que ser ungido por su vocación y ministerio en la misma forma en que han sido ungidos por el nuestro. 1 Para demostrar esto, observe que no fue sino hasta después de la unción en el bautismo de Cristo de que Él realizó su primer milagro (Juan 2:11; ungido por Dios en 1:32-33). ¿Por qué Jesús no realizar ningún milagro antes de este tiempo? ¿Por qué fue que Dios no lo utilice para predicar y sanar hasta que fue más de treinta años (Lucas 3:23)? Fue debido a que el tiempo de su ministerio terrenal no había llegado aún, y por lo tanto, la unción de Dios y el poder no estaba con él para hacerlo. A menos que sea la voluntad de Dios para sanar a alguien, no van a ser sanados. Si Él no sana a los enfermos, resuciten a los muertos, dar una palabra de conocimiento, una palabra profética, visión o revelación, ninguna de estas cosas va a suceder. Nos Canot fuerza que Dios haga algo por nosotros. Sólo se puede hacer de acuerdo a la voluntad divina. Dios, para cualquier propósito, optó por no hacer nada sustancial (perteneciente al ministerio) a través de Jesús hasta que Él era más de treinta años de edad.

Esto no quiere decir que Jesús no era Dios antes de su bautismo, pero demuestra que Jesús ministró como un hombre ungido por el Espíritu Santo. Hay que recordar que Jesús no hizo milagros porque era Dios, Él hizo milagros como un hombre ungido por el Espíritu Santo en el mismo sentido que nosotros. No es que Dios no podía ungir Él obre milagros antes de su bautismo, sino en que él decidió no hacerlo. Jesús, al igual que nosotros mismos, no podía hacer nada, aparte de la voluntad de Dios. Jesús dijo claramente que él no podía hacer nada por sí mismo, sino que sólo hacía lo que veía hacer al Padre (Juan 5:19-20, 30, 36). Esto es debido al hecho de que Jesús operado dentro de la esfera de cualquier ser humano. (Véase mi artículo sobre la cristología bajo el título de "El Ministerio de Cristo en Relación con la Kenosis").

De acuerdo con ese pensamiento, tenga en cuenta que no fue hasta después del bautismo de Jesús de que Él estaba en la sinagoga de Nazaret a anunciar el cumplimiento de la profecía de Isaías en sí mismo diciendo: "El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido a predicar el evangelio a los pobres, me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón, a pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos, a predicar el año agradable del Señor " (Lucas 4:18; ungido por Dios en 3:21-23). No fue sino hasta después de la unción de Cristo en su bautismo que esta Escritura se cumplió. Antes de que Él fue ungido en su bautismo, todavía era profético en la naturaleza, aunque el que lo cumpliría estaba vivo y bien en el mundo.

Por último, el propósito del bautismo de Jesús era revelar la identidad del Mesías a Juan el Bautista. El ministerio de Juan era preparar los corazones de Israel para que el Señor los visite sin consumirlos en su ira por sus pecados (Isaías 40:3; Malaquías 3:1-7; 4:5-6). Es por eso que Juan vino a predicar el arrepentimiento del pecado, exigiendo ver evidencia visible derivada de este arrepentimiento. Él trajo a la gente a entender sus obligaciones morales y la importancia de tener derecho del corazón con Dios (Mateo 3:1-2, 5-12; Marcos 1:4, Lucas 3:3-14). Juan predicaba en el desierto diciendo a la gente que, aunque él los bautizaba con agua para el arrepentimiento, hubo Uno que viene después de Él, que era mayor que él, y Él los bautizará con el Espíritu Santo (Mateo 3:11-12, Marcos 1: 7-8, Lucas 3:16-17, Juan 1:23, 26, 30-31). El ministerio de Juan era preparar a las personas para, y señalar el camino hacia el Mesías. Juan, sin embargo, no sabía que este era el Mesías (Juan 1:30-31). No sabía que su primo era Dios manifestado en la carne, el Mesías ungido de Israel y toda la tierra (Lucas 1:34-41, Juan 1:30-31).

La falta de conocimiento de Juan sobre la identidad del Mesías es el propósito de la venida del Espíritu Santo en forma de paloma. Antes he mencionado que Mateo y Marcos usan el pronombre de tercera persona singular "él" en referencia a la persona que vio al Espíritu de Dios que descendía sobre Jesús en forma de paloma, pero nunca indican que esta era "él". Del texto se desprende que el "él" era Jesús. En el evangelio de Juan, Juan el Bautista usó la primera persona del singular "yo", en referencia a que vio la paloma, lo que indica que fue él quien vio al Espíritu de la descendente y permanente sobre Señor Jesús. Al parecer, Juan el Bautista fue el único que vio este fenómeno. Explicó esto es Juan 1:31-34 cuando dijo:

Y yo no le conocía; mas para que fuese manifestado a Israel, por esto yo he venido bautizando con agua. Y Juan dió testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él. Y yo no le conocía, pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien vieres descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo. Y miré, y dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.

Era "el que ha enviado" Juan para bautizar a la que le dio una señal personal con que pudiera identificar al Mesías por quien preparó el camino. Esta señal fue que el Espíritu del Señor descendía y reposar sobre él. Dios no le dijo a Juan que aparecería en la forma de una paloma, pero esa era la forma en que terminó sucediendo. Dios tuvo que hacer visible su Espíritu, de alguna manera, porque Él es invisible. Si Él no apareció en algún tipo de forma visible Juan no habría tenido manera de verlo descender sobre el Mesías. La aparición de la paloma era sólo por el amor de John para que finalmente pudo conocer la identidad de Aquel que había estado preparando el camino para. Una vez que el Mesías había manifestado a Israel, el ministerio de Juan era casi terminada (Juan 3:30). En la defensa que Juan sólo vio a la paloma, se puede argumentar que si los demás hubieran visto la paloma no habría habido ninguna razón para que Juan se refieren a la historia como lo hizo (Juan 1:29-36). Después de que Juan vio a la paloma, que fue capaz de proclamar con valentía de Jesús: "He aquí el Cordero de Dios!" (Juan 1:36)

Jesús, la paloma, y la voz del cielo no representan a la Trinidad como algunos ven esta Escritura. El propósito de la paloma era que simboliza el Espíritu Santo. Debe haber sido simbólico, porque el Espíritu Santo no es un pájaro! La aparición de la paloma era por el bien de Juan solamente.

La voz nunca se dice que el ser la voz de Dios. Se cree que es la voz de Dios a causa de la voz de referencia a Jesús como "mi Hijo amado". Puesto que Dios es el que se dice que es el Padre de Jesús en el Nuevo Testamento, se concluye que esto tenía que ser Dios hablando aquí. La Escritura dice que Jesús fue engendrado por el Espíritu Santo, con lo que Él Padre de Jesús, ¿por qué no podría haber sido la voz del Espíritu Santo (Mateo 1:20, Lucas 1:35)? Era el padre del Santo Espíritu de Jesús, o fue Dios? Aunque yo creo que fue Dios quien hablaba, yo estoy haciendo este punto para mostrar la locura de tratar de encontrar los tres miembros de una trinidad aquí. Este es un problema que se ejecuta en la hora de tratar de usar este pasaje para dividir la divinidad en los miembros, sin embargo, cuando se comprende que Dios es uno, y que el Espíritu Santo y Jesús son manifestaciones de este único Dios al hombre, pasajes como esto se entiende fácilmente.

Al igual que la forma de la paloma era para el beneficio de Juan, lo mejor parece entender la voz del cielo que ser para el beneficio de las personas presentes en el bautismo de Jesús. Aunque esto no se dice que es el propósito en ninguno de los evangelios sinópticos mencionan que la voz, los pasajes no se descarta esta idea. De hecho, los escritores nunca dio ninguna razón o motivo para la voz. Simplemente afirma la historicidad del acontecimiento a ser un hecho. Yo baso mi hipótesis con el propósito de la voz en Juan 12:28-30. En este pasaje se oyó una voz que venía de los cielos también. Jesús dijo que esta voz no era para él oír, pero por el bien de la gente. (Véase también Mateo 17:5 para una tercera ocasión en la que hubo una voz de los cielos. Esta voz también se explica a ser para el beneficio de los presentes).

En conclusión, el bautismo de Cristo no indica una pluralidad en la Deidad. La paloma era sólo una representación del Espíritu de Dios para que Juan ve. Cuando el Espíritu Santo descendió sobre Jesús, Juan vio un símbolo del Espíritu de Dios, no una persona de la Trinidad. La voz del cielo no indica que Jesús era una persona separada de Dios tampoco, pero demuestra el hecho de que Dios existía todavía como el Espíritu omnipresente en el cielo, incluso después de la encarnación. Jesús era Dios manifestado en la carne, y como tal se limita voluntariamente por la encarnación en lo que respecta al lugar donde su presencia podría ser en cualquier momento dado. Afirmar que la voz del cielo, o la aparición de la paloma indicar una pluralidad en la Deidad no se justifica. Este pasaje sólo demuestra la omnipresencia de Dios, y la relación entre el Padre y el Hijo lo que se refiere a la encarnación